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La delgada línea que separa la vida de la muerte la evitó el viernes la valentía y entrega de un agente de la Policía Local. El funcionario, de 52 años y miembro de la Sexta Unidad de Distrito, acabó intoxicado tras rescatar a una anciana de 89 años atrapada en el incendio que se declaró en su vivienda, en la pedanía valenciana de Casas de Bárcena. Ambos fueron trasladados a hospitales de Valencia por la inhalación de humo, como confirmaron fuentes sanitarias.
El siniestro se declaró poco antes de las ocho de la tarde, en un segundo piso del número 3 de la calle Benirredrà. Tras la alerta de los testigos acudieron hasta allí patrullas de la Policía Local de Valencia y dotaciones de los bomberos procedentes de los parques Norte y Campanar.
Al parecer, el origen del fuego estuvo en uno de los electrodomésticos de la cocina. Eso inundó la casa de humo y dejó a la mujer atrapada en el interior. Los primeros policías locales que llegaron supieron, a través de un familiar, que la mujer estaba en riesgo «al ser de avanzada edad y con movilidad reducida».
Un joven nieto de la víctima fue quien abrió la puerta. Según el policía que se internó en el domicilio para salvarla, «la casa era una auténtica chimenea y el humo negro hacía imposible ver nada». En esta tesitura, el agente de la Sexta Unidad pidió una rápida descripción de la casa al familiar y, con esos pocos datos, se adentró en el infernal escenario.
Lo hizo «con una toalla húmeda que me cubría el rostro». Aún así, era preciso respirar lo mínimo posible para no intoxicarse. «Iba en apnea, no sé ni cuánto aguanté sin tomar aire». Así, «palpando y a ciegas» se iba abriendo camino por las estancias mientras buscaba aquello que al tacto pareciera una persona. Hasta en tres ocasiones entró y salió a la escalera para recuperarse sin hallar a la anciana. «Aquello se hizo interminable, resume. Finalmente, en el cuarto intento, se obró el milagro. «Yo iba a gatas y enfocando como podía con la linterna para ver algo. Fue así como acabé distinguiendo un cuerpo en una habitación próxima a la entrada».
Se trataba de la anciana, que había perdido el conocimiento por la prolongada inhalación de humo. «La llevé arrastrando y, ya en el pasillo, otro compañero que me esperaba me ayudó. Entre los dos logramos sacarla fuera de la casa». El nieto de la mujer estaba prácticamente «en estado de shock» por la tensión.
Ya en el exterior, víctima y policía recibieron asistencia sanitaria por parte de un equipo de Soporte Vital Básico (SVB). A la mujer la trasladaron al Hospital La Fe y a él, al Clínico. Aunque ayer todavía notaba los nocivos efectos del humo que respiró, ya estaba de nuevo al pie del cañón, trabajando.
Ante el evidente riesgo que asumió, el agente razona: «La reflexión sobre el peligro la haces después. En una situación así reaccionas como policía y punto. Es lo que haría cualquier agente y mis compañeros también trabajaron muy duro en el rescate».
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