A. RALLO
VALENCIA.
Domingo, 2 de enero 2022
Son hechos infrecuentes, pero no inexistentes. Un juzgado de lo Penal de Valencia acaba de condenar a una mujer por denunciar a su expareja por supuestamente causar lesiones al hijo de ambos pese a que conocía la falsedad de todas estas acusaciones.
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La mujer acudió a la comisaría a poner en conocimiento de los agentes la desprotección que sufría el menor que cada vez que regresaba de estar con su padre por estas supuestas heridas. Además, añadió en su denuncia que no lo cuidaba adecuadamente, que lo dejaba solo en casa mientras él trabajaba en un restaurante y que montaba fiestas en su domicilio en las que se consumía gran cantidad de alcohol y drogas. El menor, siempre según la denuncia de la madre, le había transmitido que las heridas se las causaba su padre. Nada de lo anterior, sin embargo, era cierto.
Tras el archivo de estas actuaciones judiciales, se abrieron nuevas diligencias para aclarar las sospechas acerca de la inveracidad de la denuncia inicial. Finalmente, la mujer terminó por reconocer, ya en juicio, que había puesto la denuncia sin hablar con su hijo quien después de acudir a la Policía le comunicó que las heridas se las había causado jugando con su hermano.
La mujer, ahora condenada a año y medio de prisión por un delito de falso testimonio, trató de disculpar su comportamiento en la vista oral y alegó que pasaba por una etapa crítica por sus problemas de adicción al alcohol. Al parecer, la denunciante decidió interponer la denuncia tras recibir un mensaje de su pareja con las fotos de las heridas del adolescente. Según la versión incriminatoria, el hombre le acusaba a ella de ser la responsable. La sentencia aclara que esto no sucedió así. La realidad es que el padre le advirtió de las lesiones y de que debía tener más cuidado. No le amenazó con denunciarla.
La sentencia resulta contundente cuando recuerda que la mujer ha repetido en comisaría, pero también en el juzgado, que su hijo le había relatado que era el padre, defendido por el despacho Castillo Castrillón, el causante de las lesiones. Además, le imputaba también el delito de abandono de familia. Todo se demostró falso. De hecho, el propio hijo negó que las lesiones las causara su propio padre.
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