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J. Martínez
Valencia
Jueves, 14 de noviembre 2024, 09:12
La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a una pena de 22 años y medio de prisión a un hombre que asesinó a su pareja con un cuchillo de cocina, el 7 de junio de 2022, en una casa de campo en Alzira.
El fiscal solicitaba una pena de 25 años de prisión por un delito de asesinato con las circunstancias agravantes de parentesco y razón de género, pero en el juicio rebajó su petición de condena a 22 años y medio de cárcel, y el resto de acusaciones (particular y popular) y la defensa del encausado se adhirieron al escrito del Ministerio Público.
La sentencia, que consta de 27 páginas y fue dictada el pasado 30 de octubre, asevera que Eduardo J. R. causó la muerte de la víctima de forma sorpresiva y repentina. «Y fue así porque nada podía hacerla sospechar lo que iba a pasar: había una situación de relajación y confianza en su pareja, aunque ella quisiera poner fin a la relación sentimental».
Según los hijos de la víctima y los testigos, ella hacía tiempo que quería poner fin a la relación, pero no lo hacía «por pena o por la razón que fuera». El tribunal señala que concurre la alevosía al aprovechar el encausado la «absoluta situación de confianza» en la que se encontraba la mujer. En el momento que sufrió las cuchilladas, estaba «más dedicada a los cuidados del gallinero que a las consecuencias de la discusión» que acababa de tener con su pareja.
Además, Eduardo J. «aumentó deliberada e inhumanamente el dolor» de la víctima (ensañamiento), ya que le causó 46 lesiones mientras estaba viva. Según el informe de los forenses, «solo las dos últimas, la que le seccionó completamente la yugular y la herida punzante de localización cervical, le habrían causado la muerte casi inmediata».
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Los abogados Alejandro Martos y María Jesús Romero, que ejercieron las acusaciones particulares en representación de los hijos, hermanos y la madre de la víctima, y la acusación popular (en nombre de la Generalitat) también modificaron su petición inicial de pena para adherirse al escrito del fiscal.
El autor del crimen reconoció los hechos en la primera sesión del juicio, y admitió que mató a la víctima porque ella había conocido a otro hombre y quería cortar la relación. «Le pedí explicaciones porque me dejaba sin ningún motivo, y me descoloqué», contestó el encausado cuando le preguntaron por qué asesinó a su pareja. Cogió un cuchillo de cocina de 22 centímetros y empezó a golpearla por todo el cuerpo, principalmente en el cuello y la cabeza, tanto con el mango como con el filo.
Tras el apuñalamiento, la mujer quedó inclinada sobre un capazo con agua con el que estaba trabajando y con la cabeza metida en el mismo. Eduardo J. se cambió de ropa, acudió al domicilio de sus padres en Alzira y luego huyó a Chella, donde permaneció escondido durante diez días en una casa de su hermana.
El asesino fue detenido el 17 de junio de 2022 tras ser localizado porque solicitó información a la responsable del banco de alimentos en Chella. Necesitaba comida y estaba muy nervioso.
Una policía local de Chella le pidió que le mostrara su DNI y Eduardo salió corriendo, pero fue alcanzado y detenido por la agente tras una persecución de unos 200 metros. El homicida se encontraba muy débil y no ofreció resistencia en el momento de su captura.
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