Condenado a 10 años de prisión por violar a una niña tras ayudarla a fugarse de casa

La Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto una pena de 10 años de cárcel a un joven que agredió sexualmente a una niña de 13 años que se había fugado de casa, con la ayuda del procesado, tras discutir con su madre por un castigo.

El tribunal considera que no concurre ninguna circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal, condena al encausado por un delito de agresión sexual a una menor y le prohíbe durante los próximos 15 años contactar con ella por cualquier medio y acercarse a menos de 300 metros de su domicilio, centro escolar o cualquier lugar que frecuente.

Los hechos sucedieron el 12 de enero de 2020 en una localidad de la comarca de la Ribera. El procesado tenía entonces 18 años. La menor le pidió que fuera a recogerla para fugarse de casa. La niña había discutido con su madre porque le había quitado el móvil como castigo por no ir al colegio, pero logró quedar con el encausado, a través de Instagram, antes de darle el teléfono a su progenitora.

Aunque les comentó que irían juntos a Benidorm, el acusado la llevó a la casa de la abuela de él, entraron en la habitación del joven, se besaron en la cama y le propuso mantener relaciones sexuales.

La víctima declaró en el juicio que le dijo varias veces que no quería hacerlo (en referencia al coito), pero el joven se puso encima de ella, le quitó la ropa y la forzó pese a la oposición y resistencia que ofreció la menor, ya que ella le dio una bofetada y le empujó, según los hechos probados que recoge la sentencia.

Después de la agresión sexual, la menor le pidió que le dejara el móvil para llamar a su madre porque quería irse, y el encausado no le dio el teléfono y le indicó dónde estaba la puerta por si quería marcharse. El violador se durmió poco después mientras ella lloraba en la cama.

A la mañana siguiente, una patrulla de la Guardia Civil acudió a la vivienda para detener al joven porque tenía una orden de búsqueda y captura, y descubrió que estaba con la niña de 13 años. Según la sentencia, el encausado la obligó a esconderse con él en el balcón y la amenazó con matar a sus padres si contaba algo de lo sucedido. Tras ser descubiertos por los agentes, el joven les dijo que la menor era su novia.

Los guardias civiles trasladaron a la niña al cuartel y avisaron a su madre para que fuera a recogerla. En un primer momento, la menor declaró ante la Guardia Civil y el juez de Alzira que las relaciones sexuales habían sido consentidas y que el acusado era «un proyecto de novio», pero en el juicio explicó que mintió en sus primeras manifestaciones porque tenía miedo. «Me amenazó con matar a mi familia si contaba lo que me hizo», afirmó la víctima ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Valencia.

Varios meses después, la menor acudió con su madre al cuartel de la Guardia Civil para denunciar la violación tras contarle lo ocurrido a una amiga de su progenitora, una mujer que se había ganado la confianza de la niña.

Además de los 10 años de cárcel y la orden de alejamiento, la pena incluye la inhabilitación especial del encausado durante un período de 18 años para cualquier profesión que conlleve contacto regular y directo con menores de edad, así como ocho años de libertad vigilada.

Una veintena de estudiantes del módulo de Formación y Orientación Laboral (FOL) de un instituto de Gandia asistieron como público al juicio. Durante el regreso en autobús a la ciudad condal, los alumnos y sus tres profesoras comentaron los riesgos de las citas, a través de las redes sociales, con personas que apenas conocemos. El agresor sexual y la víctima tuvieron su primer contacto, a través de Instagram, dos meses antes de la violación y sólo habían quedado en una ocasión en persona.

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