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Un joven que conducía un coche con siete ocupantes más, cinco de ellos menores, fue detenido tras estrellarse con el vehículo durante una persecución policial y triplicar luego la tasa máxima de alcohol permitida. Los hechos se iniciaron en la madrugada del sábado, cuando el individuo se saltó un control de la Policía Local de Moncada en San Isidro de Benagéber.
El conductor no atendió las indicaciones de los agentes y huyó a gran velocidad por la CV-315 en dirección al núcleo urbano de Moncada. La policía inició entonces la persecución que acabó poco después tras un accidente.
A más de 170 kilómetros por hora entró el coche en la población, cuando el conductor realizó un giro para esquivar las vías del tren (en la zona de la avenida del Seminario, cerca de la Universidad Cardenal Herrera-CEU), que no logró completar, y el vehículo se estampó contra las protecciones del metro.
El ruido provocó un gran revuelo en el vecindario. La Policía Local de Moncada pidió la colaboración de los agentes de Alfara y la Guardia Civil de Moncada, puesto que los ocupantes del vehículo iniciaron una huida a pie tras el choque que arrancó parte de la barandilla de hierro.
Del turismo salieron ocho personas, tres adultos y cinco menores, y el hombre que iba al volante del coche triplicó la tasa máxima de alcohol permitida cuando los agentes le practicaron la pertinente prueba. El conductor fue arrestado en Alfara del Patriarca, cerca de donde se produjo la colisión, como presunto autor de dos delitos contra la seguridad vial, uno por la alcoholemia positiva que rebasó el límite de la sanción administrativa y otro por conducción temeraria.
Los agentes de la Policía Local de Moncada no pudieron averiguar si el hombre conducía bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente, puesto que no disponen del equipamiento necesario para hacer la prueba de drogas, una reivindicación que se prolonga desde hace tiempo.
La rápida intervención de los policías hizo posible la identificación del resto de ocupantes del coche, cinco de ellos menores, que fueron trasladados al retén policial hasta la llegada de sus padres.
La persecución policial y el accidente, que se produjo alrededor de las tres de la madrugada, provocó que muchos vecinos salieran a balcones y ventanas por el tremendo golpe del vehículo contra las protecciones metálicas del metro. Después de detener al conductor ebrio y custodiar a los cinco menores, la Policía Local restableció la seguridad de las vías para que el metro pudiera funcionar con normalidad.
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