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J. MARTÍNEZ/J. A. MARRAHÍ
VALENCIA.
Domingo, 27 de mayo 2018, 23:53
El bulevar sur, con sus prolongadas rectas, cuatro carriles, subidas y bajadas y escaso tráfico en la madrugada, vuelve a aparecer como escenario de peligrosos piques de conductores. Sin respeto alguno a las normas más básicas de circulación y exponiéndose a la muerte con adelantamientos y acelerones a tumba abierta.
Es exactamente lo que la Policía Local de Valencia detectó en la madrugada del pasado viernes, a la altura del número 18 de la calle Antonio Ferrandis de la ciudad: una carrera en toda regla protagonizada por dos jóvenes a bordo de un BMW 320 y un Seat Ibiza. Según las investigaciones, iban casi en paralelo y a la misma velocidad, los vertiginosos 145 kilómetros por hora que marcó el radar cuando 'cazó' a uno de los vehículos durante un control en el bulevar.
Los hechos sucedieron sobre las doce y media de la madrugada, en un tramo recto de cuatro carriles en el que el límite de velocidad es el máximo permitido en ciudad, 50 kilómetros por hora, según pudo constatar este diario.
Sin embargo, los implicados en el pique urbano superaban con creces esa barrera. En concreto, y según el radar, el BMW avanzaba a 145 kilómetros por hora. Ante semejante desacato a la norma, los agentes no dudaron en dar el alto al infractor y exigirle la documentación. El protagonista de la carrera ilegal era un joven de 18 años de origen ruso residente en una pedanía de Valencia. No hacía mucho que se había sacado el carné, pero ya no era un conductor novel. Junto a él avanzaba otro conductor, un español vecino de Valencia al volante de un Seat Ibiza.
En su caso, la velocidad exacta no pudo quedar reflejada en el cinemómetro. La razón es la cercanía entre los dos turismos en el momento en que se captó la imagen del BMW. Sin embargo, y por lógica, la sospecha de la policía es que rondaba también los 145 por hora. Lo que sí apreciaron los agentes es una conducta propia de un pique, con varios cambios de carril bruscos y sin señalizar las maniobras con el intermitente.
El conductor del BMW fue denunciado por un presunto delito contra la seguridad vial. Su ocupante avanzaba, según el radar, superando en más de 60 kilómetros por hora la velocidad máxima permitida. No se le inmovilizó el coche, pero sí se le obligó a presentarse en la sede de la Policía Local de Valencia para confeccionar un atestado. Y así lo hizo.
En el caso del conductor del Seat, y ante la falta de una evidencia por radar de su velocidad, los agentes formularon una denuncia administrativa por conducción negligente. La basaron en las bruscas maniobras sin señalizar que apreciaron los policías de servicio en el control.
De momento, la policía no ha podido establecer en sus investigaciones si existía una relación de amistad entre ambos conductores y la carrera estaba pactada desde su inicio kilómetros atrás o bien el pique se gestó sobre la marcha.
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