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El parricida de Sueca durante el juicio en la Ciudad de la Justicia. J.L. Bort

La confesión del asesino de Sueca: «Me dijo que yo no era su padre. Lo cogí del cuello y le clavé un cuchillo varias veces»

José Antonio A. niega haber maltratado a su exmujer pero reconoce que mató a su hijo mientras la madre lo escuchaba agonizar por teléfono

Martes, 9 de enero 2024, 15:19

Ni una lágrima. Ni una disculpa. José Antonio A. ha reconocido ante el Tribunal del Jurado que asesinó a su hijo, de tan sólo 11 años, en Sueca. Según ha relatado el parricida, Jordi no quería estar con él. Quería ir con su madre. «Discutimos. Me dijo que yo no era su padre. Lo cogí del cuello y le clavé el cuchillo varias veces», ha dicho José Antonio. Sin que se le rompiera la voz al darse cuenta de la atrocidad que cometió. Sin una pizca de remordimientos.

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El parricida ha vuelto a trasladar la responsabilidad a la víctima, como ya hizo cuando declaró ante la Guardia Civil: «Si no hubiera seguido adelante con el divorcio no hubiera matado a mi hijo. Él pagó 'el pato'». Otra vez, eximiéndose de la culpa y trasladándola a María Dolores. Mató al pequeño que ambos compartían porque ella ya no quería seguir a su lado.

Aun así, la línea de la defensa intenta alegar que José Antonio padecía una alteración psicológica. Además, también ha hecho hincapié en que el enjuiciado tenía problemas con el alcohol y padecía depresión desde que María Dolores le pidió el divorcio. Por ello estaba de baja laboral y tomaba ansiolíticos, según ha alegado.

Aunque no haya dicho de manera expresa de cuál fue el motivo por el que mató a su hijo a sangre fría, sí que ha dejado entrever con su declaración que quería hacer sufrir a su expareja. Según el relato del Ministerio Fiscal, Antonio A. cogió dos cuchillos y le dijo: «Jordi, voy a por ti».

Al niño le dio tiempo a mandarle un mensaje a su madre diciéndole que le fuera a recoger. Pero enseguida su padre empezó a apuñarlo. Sólo le dejó descolgar el teléfono para que María Dolores le oyera agonizar. Consiguió decirle «mamá» entre gritos de dolor. Una versión que incluso el enjuiciado ha mantenido. Balbuceaba en un tono bajo. En valenciano. Hablando para sí mismo. Sin un atisbo de emotividad. Sin pedir perdón a su hijo, al que le arrebató la vida cuando acababa de empezar. Sin disculparse ante su expareja por todo el daño que le ha infligido.

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La madre declara a puerta cerrada

María Dolores ha decidido declarar a puerta cerrada por el dolor que le infunde la situación. Reyes Albero, la letrada de la acusación particular ha definido a su cliente como «una mujer muerta en vida».

A pesar de haber reconocido cometer el parricidio, José Antonio A. ha negado que maltratara a su expareja, aunque haya una sentencia firme contra él por violencia de género y una orden de alejamiento después de que la agarrara del cuello y le levantara unos centímetros del suelo y la estampara contra la pared. También ha negado de manera tajante que la insultara en repetidas ocasiones llamándola «gorda» o controlándola hasta el punto de aislarla.

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El hermano de María Dolores ha roto a llorar durante su declaración al ver de frente al acusado. Al venir a la vista como testigo no ha podido hablar detrás del biombo. «Yo tenía miedo por mi hermana. Le decía que no fuera a verlo sola. Pero nunca pensamos que le haría nada al niño. Jordi estaba loco por su padre», ha contado el tío del menor asesinado entre llantos.

De hecho, la familia solía reunirse los domingos para comer. Pero dado que José Antonio A. generaba muchas disputas, se turnaban los sábados y domingos para no coincidir todos en la comida, como ha relatado el hermano de María Dolores. «Cuando se divorciaron me enviaba mensajes de WhastApp diciéndome que la convenciera para que volviera con él. Además también incluyó amenazas como: 'tu hermana va a ver lo malo que puedo ser'», ha recordado el hombre.

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Por lo que narran los testigos, la persecución del acusado a su expareja era constante. Él mismo ha reconocido que la llamaba a todas horas del día. Incluso aún a sabiendas de que ella se encontraba en su puesto de trabajo. «Una vez la persiguió cuando iba a por Jordi al colegio y llamamos a la Policía. Cuando los agentes consiguieron localizarlo llevaba dos cuchillos en la mochila», ha contado el tío del menor fallecido a manos de su padre.

Petición de la Fiscalía

El Ministerio Fiscal solicita para José Antonio A. una pena de prisión permanente revisable por el asesinato de Jordi, dos años por el delito de amenazas, otro año por el quebrantamiento de condena, otro por el delito de violencia de género y otros tres años por los delitos de violencia física y psíquica. Mientras tanto la defensa pide la libre absolución de su cliente alegando tres atenuantes: alteración psicológica por el abuso del alcohol, reparación del daño tras ofrecerle como pago de responsabilidad civil a María Dolores un inmueble que ella no aceptó y por confesión tardía.

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El letrado de la defensa, Félix Beltrán, se ha dirigido a los medios de comunicación tras finalizar la primera vista del juicio. Beltrán ha transmitido un mensaje contundente ante la incredulidad de los oyentes: «Todo esto esto es culpa de Pedro Sánchez y de Mónica García. Si invirtieran más en salud mental no veríamos casos así»: Y después se ha ido sin responder preguntas de los periodistas.

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