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El hombre detenido por matar a otro a cuchilladas en el barrio del Cabanyal es un quiosquero de 25 años identificado como Mauricio G. P. Siempre según su versión, pendiente de corroborar con investigaciones de la Policía Nacional, asegura que cometió el crimen en defensa propia y que entre él y la víctima, Alberto G. P., de 34 y cliente del establecimiento, existía un enfrentamiento relacionado con un supuesto intento de este último de 'colarle' un billete falso.
En días previos al homicidio, y de acuerdo con sus manifestaciones ante los interrogatorios, Alberto habría tratado de colar el dinero falso, se ignora si intencionadamente o no. Según esta versión, el joven propietario del negocio familiar se dio cuenta, le recriminó su acción y le dijo que le devolviera el importe con dinero real. Al parecer, y siempre en arreglo al testimonio del sospechoso, había devuelto parte, pero no todo. Y este fue el caldo de cultivo en el que se gestó el homicidio.
Todo estalló anoche, sobre las 23 horas. En ese momento, el sospechoso del homicidio, Mauricio, se presentó en la Comisaría de Marítimo de la Policía Nacional y confesó haber matado a un hombre que estaba tendido en el suelo. Como es habitual en estos casos, el sospechoso permaneció retenido mientras los agentes se desplazaron al lugar indicado, la calle Chulilla.
En ese punto encontraron a Alberto tendido en el suelo y con numerosas heridas de arma blanca repartidas por todo el cuerpo, alrededor de una decena, según fuentes policiales. Los agentes de la Policía Nacional pusieron todo su empeño en salvar a la víctima, antes incluso de la llegada de los equipos de emergencia que fueron alertados. Pero el filo le había alcanzado ya órganos vitales y todos los esfuerzos parecían ser inútiles. A las maniobras de reanimación se sumó después un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU). También acudió un Soporte Vital Básico (SVB). Pero ni unos, ni otros. Alberto ya no presentaba constantes vitales. Había fallecido.
En cuanto a la mecánica del crimen, el quiosquero arrestado asegura que actuó en defensa propia porque la víctima le perseguía por la calle con un cuchillo. Mantiene que logró arrebatárselo antes de clavárselo. Sin embargo, desde la experiencia policial y forense, un número elevado de cuchilladas como las que padeció Alberto no suelen corresponderse con una acción defensiva y responden, más bien, a crímenes de tipo pasional. ¿Por qué acuchilló tantas veces a un hombre ya desarmado? La Policía Nacional sigue investigando si los hechos se produjeron como Mauricio mantiene, para lo cual recurrirán a la recopilación de testigos o grabaciones, si las hubiera, y el registro de cámaras de seguridad en los comercios.
Hay otro detalle extraño. Cuando el sospechoso del crimen se presentó en la comisaría de Marítimo para confesar el homicidio no portaba el cuchillo de cocina empleado en el homicidio. El arma fue localizada por la Policía Nacional poco después en la casa del quiosquero arrestado.
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