El crimen ha consternado a los vecinos de la calle Río Adra. El cielo ha llorado esta noche sobre Castellón y también los muchos amigos y conocidos de Ricardo e Itziar, los padres de las dos niñas asesinadas por el hombre. Mientras, en las puertas de la vivienda, muchas cámaras de televisión con el fondo del griterío de un recreo. Y es que la finca donde se ha producido el crimen está justo frente al colegio público Antonio Armelles. Además, el hombre, que se ha lanzado desde un sexto piso, ha ido a parar a la entrada de una guardería, pero como ha ocurrido de madrugada no estaba todavía abierta. Un charco de agua, donde hace unas horas había sangre.
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¿Por qué? Esa es la pregunta más repetida. Enrique Carmona, un amigo de la familia, está enttre los muchos que han derramado lágrimas. Desde su pecepción, el crimen se enmarca en la separación de la pareja y unas posibles desavenencias por la custodia de las menores. A ello, se suma «la desesperación y problemas económicos» en los que Ricardo le confesó estar sumido tras quedarse en el paro tras el verano.
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