Cuatro acusados de asesinar y descuartizar a su casero en Gestalgar se inculpan entre ellos

Un crimen brutal, violento y rocambolesco. Cuatro acusados. Muchas incógnitas. Declaraciones en las que se apuntan los unos a los otros y ninguno reconoce ser el autor de la muerte de Alfredo. Ha comenzado el juicio en la Audiencia Provincial de Valencia contra una madre, su hija y sus respectivas parejas por matar a su casero, descuartizarlo y quemar el cadáver y ocultarlo en Gestalgar y utilizar sus datos para hacer un contrato de arrendamiento y hacer uso de su tarjeta de crédito.

Todo ocurrió en el año 2022. Según el relato de los hechos que hace la Fiscalía, en la noche del 27 y 28 de junio los cuatro acusados estaban en el domicilio mientras Alfredo, el casero, dormía en el sofá. El Ministerio Fiscal sostiene: «Guiados con el ánimo de acabar con su vida y de esta manera quedarse con el piso, le dieron un golpe fuerte en la cabeza en la zona frontoparietal izquierda que le produjo un traumatismo craneoencefálico, falleciendo instantáneamente».

Después, supuestamente, los cuatro investigados desmembraron el cuerpo del casero. Presuntamente, después de que Pilar (la madre), Laura (la hija), Luis Marcos (la pareja de la madre) y Alan (el novio de la hija) desmembraran el cadáver lo trasladaron a la localidad de Gestalgar. Al parecer, allí quemaron el cuerpo utilizando acelerante de gasolina y abandonaron sus restos.

También, como detalla la Fiscalía, falsificaron un contrato de arrendamiento en el que figuraban Luis Marcos y Pilar. Pero la historia no termina aquí. La acusación pública sostiene que los investigados utilizaron la tarjeta bancaria del fallecido para efectuar diversas compras.

En la primera sesión del juicio con Tribunal del Jurado celebrada en la sala Tirant lo Blanch I de la Audiencia Provincial de Valencia, las declaraciones de los investigados han sido contradictorias. Se han señalado los unos a los otros.

Pilar, la madre de Laura, ha asegurado que fue su pareja Luis Marcos el que mató a Alfredo. En su declaración ha contado que su casero la agredió con un cuchillo. Según su versión, su exnovio la maltrataba y «no toleraba que tocaran a su presa». Así, ha mantenido que se enteró del asesinato a las dos semanas. Acompañó a Luis Marcos, a su hija y al novio de la joven en el coche donde trasladaron los restos «pero no sabía lo que había en la caja».

Luis Marcos también la ha señalado a ella (su pareja) como la asesina. Ha asegurado que ella le pidió que regresara de Córdoba. Y que luego la mujer (con la que tenía una pena de alejamiento por maltrato) le confesó que había matado a Alfredo «porque tenía miedo porque la había agredido y lo había denunciado pero ya estaba en la calle».

El acusado ha asegurado que su compañera sentimental tenía el cadáver de la víctima escondido detrás del sofá. Le pidió ayuda para ocultar el cuerpo. Él lo sacó, lo desmembró y lo guardó en una caja de plástico. Luego lo quemaron en Gestalgar los cuatro acusados, según su declaración.

En cuanto a Laura, la hija de una de las procesadas, y su pareja, Alan, han defendido que Luis Marcos les obligó con un cuchillo a que trasladaran la caja pero no les dijo qué había en el interior. Actuaron presas del miedo, han defendido. Cuatro versiones en las que unos inculpan a los otros y ninguno reconoce haber matado a Alfredo.

La Fiscalía pide para los cuatro investigados la pena de 25 años de prisión por el delito de asesinato, cuatro meses por el delito de profanación del cadáver, dos años de cárcel por el delito de estafa y a Pilar y a Luis Marco un año de prisión por falsedad documental. Será el Tribunal del Jurado el encargado de emitir el veredicto de culpabilidad o inocencia de los procesados.

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