J. A. MARRAHÍ/J. MARTÍNEZ
VALENCIA.
Domingo, 6 de septiembre 2020, 23:59
La defensa del joven condenado a prisión permanente revisable por el crimen de Chella ha solicitado la nulidad del juicio al considerar que hubo «una falta de motivación del veredicto del jurado». El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana estudiará los recursos presentados por el abogado de Rubén Mañó y el letrado de la acusación particular, que pide la aplicación de la agravante de género para el delito de asesinato y la anulación de la atenuante de confesión.
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El letrado de la defensa solicita también la aplicación de una eximente incompleta para el procesado por hallarse en estado de intoxicación por el consumo de drogas cuando mató a la joven, o en su defecto, «una atenuante al actuar el acusado a causa de su grave adicción a sustancias estupefacientes que le impidieron comprender la ilicitud del hecho».
También pide la absolución por el delito de profanación de cadáveres, porque la «única intención de Mañó era encubrir el delito mediante ocultación del cuerpo». La defensa considera que hubo «una falta de motivación del veredicto emitido por el jurado por omisión de todo razonamiento sobre las pruebas practicadas que tenían gran relevancia», afirma textualmente el recurso.
Por su parte, el abogado que ejerce la acusación particular, Juan Molpeceres, ha solicitado a la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana que estime «la aplicación de la agravante de género para el delito de asesinato». Además, la acusación particular ha pedido la anulación de la atenuante de confesión, ya que el procesado no llamó a la Guardia Civil para reconocer la autoría del crimen ni facilitó ningún elemento esencial en la investigación como exige la jurisprudencia.
Como ya informó este periódico, el Tribunal de Jurado condenó a una pena de prisión permanente revisable al asesino de Vanessa Ferrer, la joven de 15 años que fue violada y asfixiada en octubre de 2016 en Chella. Aquellos dolorosos hechos de 2016 le valieron máxima pena del sistema jurídico español, y que conlleva pasar al menos 25 años entre rejas. A esta condena se suman otros 17 años de cárcel por la agresión sexual y tres meses más por el delito de profanación de cadáver.
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El Tribunal del Jurado consideró probado que Rubén contactó por What'sApp con Vanessa y la citó en su antiguo domicilio familiar. El joven le dijo que estaba con su primo y un amigo, pero no era cierto. Era una trampa con intenciones puramente sexuales.
Tras negarse la víctima a mantener cualquier relación sexual, comenzó a darle golpes en la cabeza, cara y cuerpo. La paliza dejó a la chica «semiinconsciente o conmocionada», según la sentencia. Después, y aprovechando el aturdimiento, quitó las zapatillas y los pantalones a su amiga, la tiró al suelo, y «poniéndola de rodillas y con los codos apoyados en el suelo, la penetró bruscamente anal y vaginalmente».
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Las declaraciones de los forenses en el juicio convencieron al jurado de la culpabilidad de Rubén del delito de agresión sexual. La violencia machista no cesó ahí. Aprovechando que la menor estaba aún conmocionada «y sin posibilidad alguna de defensa», la estranguló por detrás con uno de sus brazos.
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