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JAVIER MARTÍNEZ
VALENCIA.
Sábado, 28 de diciembre 2019, 00:58
El asesino confeso del ingeniero Antonio Navarro era «una marioneta en manos de la acusada» María Jesús M. C., más conocida como Maje, «quien fue consciente del poder de atracción que tenía sobre él», desde el momento que lo conoció, y lo utilizó en su propio beneficio para «engañarle, manipularle y conseguir que Salvador R. L., locamente enamorado de ella, hiciera cualquier cosa por María Jesús». Estos son los principales argumentos que esgrime la abogada del autor del crimen de Patraix para solicitar la absolución de su cliente.
La letrada María Julita Martínez presentó el jueves el escrito de defensa en el Juzgado de Instrucción número 14 de Valencia con la lista de testigos y peritos que tiene previsto interrogar en el juicio, tal y como hicieron días atrás el fiscal Vicente Devesa y los abogados Miguel Ferrer, Patricia Cogollos, Javier Boix y Alicia Andújar en representación de la familia de la víctima y de la acusada de planear el asesinato de su marido.
Según la defensa de Salva, «cabría aplicarle la eximente completa de trastorno mental o la atenuante de trastorno mental transitorio» al considerar que el procesado perpetró el crimen «por estímulos tan poderosos que producen arrebato, obcecación u otro estado pasional semejante».
Aunque interpretado de manera diferente, el amor obsesivo que Salva sentía por Maje también es el principal argumento de la defensa de la viuda. En su escrito, Boix y Andújar mantienen que Salvador, completamente obsesionado, «se convirtió en amigo y asesor de María Jesús, tratando de estar presente en cualquier momento en su vida, reparándole electrodomésticos, haciéndole la compra, lavándole el coche, asesorándola en la herencia de Antonio, cogiéndole cita con el médico, etcétera».
Los abogados de Maje también solicitarán en la vista la absolución de la viuda al considerar que no planeó el crimen ni instigó a su compañero de trabajo y amante para que lo cometiera. Sin embargo, las acusaciones afirman en sus escritos que ambos planificaron el asesinato. El fiscal pide 18 y 22 años de cárcel para Salva y Maje, respectivamente, mientras que la acusación particular solicita 20 y 25 años de prisión. La viuda se enfrenta a una pena mayor en las dos peticiones por la agravante de parentesco.
El juicio está previsto que se celebre a mediados del año que viene en la Ciudad de la Justicia de Valencia, aunque todavía no hay fecha. Las defensas llevarán ante el tribunal del jurado a más de 40 testigos, entre ellos 16 policías y dos examantes de la procesada, y han pedido también la audición en la vista de cerca de 40 grabaciones de conversaciones telefónicas autorizadas por el juez durante las investigaciones.
Las acusaciones consideran que no concurre ninguna circunstancia modificativa de la responsabilidad penal del autor material del asesinato, aunque su abogada pedirá que le apliquen la atenuante de obcecación tras ser engañado y manipulado por Maje. El crimen tuvo lugar el 16 de agosto de 2017 en un garaje de la calle Calamocha en el barrio valenciano de Patraix. Salva estaba esperando al ingeniero Antonio Navarro tras esconderse detrás de un vehículo y le asestó seis cuchilladas cuando iba a subir a su coche.
Tras ser detenido por la policía el 10 de enero de 2017, Salva confesó que concertó con Maje el asesinato, pero dos días después exculpó a su amante en su declaración en el juzgado, y el 9 de noviembre de 2018 volvió a incriminar a la viuda tras pedirle su hija y el capellán de la cárcel que contara la verdad. El asesino manifestó que Maje le dio la llave del garaje para que cometiera el crimen, y afirmó que «no quería que lo hiriera, sino que muriese».
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