Destapan varias tramas de tráfico de cocaína tras la detención de cinco grupos de trabajadores portuarios de Valencia

Los últimos arrestos tuvieron lugar el pasado lunes cuando tres individuos trataban de sacar del puerto un alijo de 450 kilos de cocaína. La operación policial se saldó con la incautación de la droga y las detenciones de los presuntos miembros de la banda. Un grupo de agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera (DAVA) frustraron el rescate de la droga.

Con este nuevo golpe al narcotráfico, los agentes antidroga han evitado que una banda distribuya miles de dosis de cocaína, y son ya ocho los alijos de esta sustancia estupefaciente intervenidos en lo que llevamos de año en el Puerto de Valencia. Desde el 1 de enero y hasta la fecha, la Agencia Tributaria y la Guardia Civil han confiscado un total de 1.988 kilos de cocaína y han detenido a una quincena de personas por su presunta relación con los envíos y rescates de droga.

Estas aprehensiones de cocaína se enmarcan en los controles del tráfico internacional de mercancías que realiza la Unidad de Análisis de Riesgos de la Aduana Marítima de Valencia, un grupo formado por agentes de la Agencia Tributaria y guardias civiles de la Oficina de Análisis e Investigación Fiscal (Odaifi).

Cuatro de los cinco grupos desarticulados este año fueron sorprendidos cuando intentaban sacar la cocaína del puerto y todos ellos contaban con un camionero. Además, la Guardia Civil arrestó a cuatro individuos que trataron de secuestrar a un transportista que llevaba un cargamento de droga en su vehículo, sin saberlo ni sospecharlo, por un error en la asignación del contenedor.

Las detenciones de los traficantes, tres de ellos vinculados al transporte de mercancías en el puerto, se llevaron a cabo en Museros, Rocafort y Valencia. Uno de ellos se ocultó un tiempo en un país europeo hasta que pensó que ya no corría peligro de ser arrestado.

El método que suelen utilizar las redes de narcotráfico, conocido como 'rip-off' o gancho perdido, consiste en ocultar la cocaína en un contenedor con mercancía legal en el país de origen, sin el conocimiento del exportador ni del importador, para luego retirar la droga en el puerto de destino antes de que el cargamento llegue al final de la ruta.

Los grupos criminales suelen aprovechar la actividad laboral en las terminales de contenedores para organizar los rescates de los alijos de droga. Esto explica que ofrezcan grandes cantidades de dinero a camioneros para que saquen la cocaína del puerto.

El 11 de marzo de este año, tres individuos fueron sorprendidos y detenidos cuando rescataban 300 kilos de droga. El pasado 26 de abril, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil apresaron a otros tres hombres en el momento que iban a salir del puerto en un camión con otro alijo de 300 kilos de cocaína. Once días después, el 7 de mayo, la Guardia Civil y la Agencia Tributaria arrestaron a tres individuos, uno de ellos de nacionalidad albanesa, con 350 kilos de droga que acaban de recuperar.

En 2018, un narcotraficante colombiano pagó 50.000 euros a un trabajador portuario para que localizase un contenedor que tenía 110 paquetes de cocaína. El individuo buscó a otros dos hombres para que sacaran la droga y les dio parte del dinero, pero la presencia policial en la terminal frustró el plan delictivo. Horas después, el narco apuñaló a uno de los implicados por no haber recuperado la droga, y el herido acudió a la Policía para pedir protección porque temía por su vida.

El Puerto de Valencia es una entrada de droga a Europa por su posición estratégica en las rutas comerciales marítimas de Suramérica y Centroamérica. Además, su nivel de operaciones le sitúa como primer puerto nacional en número de contenedores de importación y cuarto de la Unión Europea, y por este motivo, las bandas de narcotráfico aprovechan la intensa actividad portuaria para camuflar sus envíos de cocaína.