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Fingía ser un policía albanés que estaba en Valencia de paso en una misión internacional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero era un farsante que se hacía pasar por diplomático para evitar que la policía lo multara o registrara su vehículo. Francesk G. dio con sus huesos en un calabozo el pasado jueves tras ser detenido por una patrulla de la Policía Local junto al centro comercial Aqua.
El presunto delincuente mostró a los agentes una acreditación del Comité International pour la Protection des Droits de l'Homme (CIPDH), una entidad privada con sede en París -según su página web y su cuenta de Twitter-, y les dijo que tenía inmunidad diplomática, unos beneficios que estaba acostumbrado a gozar con su documentación falsa cada vez que era identificado por la policía. Sin embargo, la última vez no logró engañar a los agentes que interceptaron el coche.
Tras revisar el pasaporte, el permiso de circulación del vehículo y las placas de matrícula con el emblema de la ONU, los policías locales de la Séptima Unidad constataron que los documentos que portaba el ciudadano albanés no correspondían a ningún funcionario gubernamental de este país.
Pero Francesk G. siguió insistiendo en la inviolabilidad de sus privilegios diplomáticos, como el libre aparcamiento de su vehículo Range Rover Sport con placas de matrícula que parecían especiales, y trató de convencer a los agentes para que le dejaran marcharse con el vehículo de lujo. La arrogancia del individuo no sorprendió ni persuadió a los policías, ya que sabían que había engañado en pocos días a otras dos patrullas de la Policía Local en Alboraya y Valencia.
Antes de que fuera detenido por un delito de falsificación documental y de que un agente le leyera sus derechos, un policía local experto en documentoscopia volvió a examinar las credenciales diplomáticas y comprobó la falsedad de la mismas. La patrulla de la Policía Local trasladó al ciudadano albanés a la Inspección Central de Guardia (ICG) para realizar las diligencias en el complejo de Zapadores, identificar plenamente al detenido y entregarlo a la Policía Nacional. Al día siguiente, Francesk G. fue puesto a disposición del juez de guardia, que decretó su libertad provisional a la espera del correspondiente juicio.
La Policía Local se incautó del Range Rover Sport para que una grúa lo trasladara al depósito municipal. Según informaron ayer fuentes jurídicas, la detención del falso diplomático causó cierta preocupación en la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Valencia ante la posibilidad de que la persona arrestada fuera un agente gubernamental como aseguraba, pero los policías actuaron con gran celo para no vulnerar los derechos del ciudadano albanés.
Una día antes de que fuera detenido junto al centro comercial Aqua, Francesk G. persuadió a un policía local para que no le inmovilizara el vehículo en una calle de Valencia. El agente sospechó que era un falso diplomático cuando lo identificó, pero no lo detuvo porque no pudo constatar en ese momento de manera fehaciente la falsedad de los documentos que le mostró el propietario del coche.
El pasado 1 de septiembre, el ciudadano albanés también engañó a una patrulla de la Policía Local de Alboraya que le iba a imponer un sanción administrativa por mal aparcamiento. El individuo mostró sus credenciales falsificadas, concretamente un pasaporte y una placa con el emblema de la ONU, para que los agentes no le multaran. También les dijo que estaba realizando una misión internacional en Valencia.
Los policías que detuvieron el pasado jueves a Francesk G. le intervinieron la documentación falsa. El pasaporte diplomático que portaba el detenido correspondía a un destacado miembro del Comité Internacional para la Protección de los Derechos Humanos, una organización sin fines de lucro financiada por sus miembros y por donaciones de particulares, según su página web.
Las mismas fuentes jurídicas señalaron que los dirigentes de esta entidad no tienen inmunidad diplomática ni los privilegios que puedan gozar los agentes gubernamentales. La Policía Nacional se ha hecho cargo de las investigaciones para determinar la posible participación del detenido en otros hechos delictivos.
La abogada de Francesk G. calificó de correcta la actuación de la Policía Local y Policía Nacional al considerar entendible la confusión creada, pero niega que su cliente haya cometido un delito de falsificación documental. El ciudadano albanés colaboró con las autoridades y mostró a los agentes su documentación del Comité International pour la Protection des Droits de l'Homme (CIPDH).
Según la letrada, su cliente pertenece al organización International Human Rights Defence, como bien demostró ante las autoridades, concretamente ante la Policía Nacional y la Delegación del Gobierno. «La confusión surge porque el vehículo se encuentra en España registrado a nombre de la esposa de Francesk G., y las matrículas diplomáticas son puestas en el coche cuando es utilizado por él, tal y como marca la legislación internacional«, asevera la abogada.
Ante la imposibilidad de comprobar esto, la policía inmovilizó el Range Rover Sport porque las placas no coincidían con la documentación. «En estos momentos el vehículo está ya circulando«, y Francesk G. está a la espera de que le devuelvan las placas de matrícula y parte de su documentación, según su letrada.
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