El dolor por la pérdida de un hijo puede llevar a situaciones extremas. Los padres del menor de 16 años asesinado en Burjassot presuntamente a ... manos de otro adolescente con el que había quedado para pegarse conocen lo que es el dolor en su máximo exponente. Han visto cómo su hijo yacía en el suelo, desangrado, después de que le asestaran una puñalada mortal en el corazón. Cómo todos sus sueños y esperanzas de futuro se quedaron para siempre en el parque de la Granja del municipio de l'Horta Nord. El lugar en el que perdió la vida. Allí se desplomó tras el ataque y nunca más despertó.
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Los padres de la víctima llevan dos años mirando la puerta de su casa. Sabiendo que su hijo nunca más volverá a entrar por ella. Que no podrán verlo crecer. No conocerán en quién se habría convertido al llegar a la etapa adulta. Ahora, lo único a lo que pueden aferrarse es a un millar de recuerdos de su hijo. Pero la pena a veces se funde con la rabia ante una pérdida tan injusta. Y tan antinatural. Porque ningún padre tendría que enterrar a un hijo.
La pareja de 46 y 47 años sintió que no tenía nada más que perder después de que les arrebataran de un plumazo lo más preciado que tenían. Aquel mes de diciembre de 2021, los padres del adolescente asesinado murieron junto a su hijo. Y han tenido que pasar cerca de 450 días esperando a que el presunto asesino, ahora de 17 años, recibiera su condena. El juicio se había aplazado otros 15 días, señalándose hacia el mes de abril.
Impulsados por la ira, aquellos padres acudieron a las puertas de la Ciudad de la Justicia. Eran las 11 de la mañana de este martes. La pareja sabía que el supuesto culpable de que su hijo no siga con vida tenía que acudir a una vista. Y quisieron devolverle el dolor que a ellos les persigue diariamente. El presunto homicida y ahora víctima tenía una citación judicial para valorar una orden de alejamiento hasta que se celebre el juicio que deberá afrontar por los hechos de Burjassot. Como declaró un testigo de lo ocurrido, el hombre se acercó al menor de 17 años cuando salía del edificio. Sin mediar palabra, le asestó una puñalada en el cuello y la clavícula. Aunque el corte fue superficial, el joven se encuentra herido de levedad.
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El padre salió corriendo después de protagonizar el ataque, pero luego se detuvo cerca del garaje de la Ciudad de la Justicia, en las inmediaciones de la calle Escultor Antonio Sacramento. Así es cómo uno de los testigos relató lo sucedido. Después de recibir la puñalada, el herido caminó unos metros. Luego, «se llevó la mano al cuello y al ver toda la sangre se desplomó». Al instante recibió asistencia sanitaria. En aquel mismo momento, la Unidad de Intervención Policial que se encontraba en la zona arrestó al agresor y también a la mujer por su implicación en los hechos. Tal y como explicaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía, la pareja arrestada está acusada de un delito de lesiones graves.
La tragedia se multiplica en el crimen de Burjassot. Un chaval de 16 años asesinado, un presunto culpable que todavía no ha sido juzgado. Y ahora, unos padres que han sido arrestados aunque todavía no hayan pasado a disposición judicial después de dejarse llevar por el dolor y apuñalar al supuesto asesino de su hijo. Ahora viven su duelo desde los calabozos. Pero nada les devolverá a su hijo.
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Todo empezó con un mensaje de Instangram. El fallecido y el presunto asesino discutieron. Pero decidieron ir más allá de las palabras y quedaron para pegarse. Eran cerca de las 18.30 y se citaron en un parque de Burjassot. Pronto, la disputa pasó a las manos. El otro menor sacó una navaja y le asestó una cuchillada en el corazón que terminó con su vida. Otros adolescentes que fueron testigos de la pelea trataron de taponarle la herida, pero no pudieron hacer nada, y el chico murió desangrado en el suelo de aquel parque.
En menos de 24 horas, los agentes lograron detener al presunto asesino en la localidad de Llíria. La investigación se inició después de que un de policía local de Burjassot encontrara el arma homicida en una papelera del parque. Ahora, casi dos años después de aquel fatídico mes de diciembre de 2021, parece que la tragedia no tiene un punto y final para los implicados.
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