Juzgan en la Audiencia Provincial de Valencia a tres clanes familiares del barrio de L'Alquerieta de Alzira acusados de cometer un delito contra la salud púbica por dedicarse al narcotráfico, pertenencia a una organización criminal y tenencia ilícita de armas. Los 17 enjuiciados se ... enfrentan a penas que oscilan entre los 10 y los 13 años de prisión.
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En lugar de acogerse a su derecho a no declarar, todos ellos han querido pronunciarse ante el Tribunal manteniendo el mismo discurso: no sabían nada de la droga. Todos, sin trabajo conocido. Muchos de los enjuiciados han alegado que subsisten con la prestación del Ingreso Mínimo Vital cuya cuantía asciende a 1.600 euros.
Alegando toxicomanía, los enjuiciados han detallado que son consumidores de estupefacientes pero que no venden estas sustancias ilegales. Sin embargo, los efectivos hallaron en sus viviendas cocaína de una pureza de hasta 89,5% en las viviendas de los encausados.
También hallaron otro tipo de drogas como heroína, marihuana y hachís. Además, incautaron una pistola de calibre 9x9 milímetros. En la entrada y registro también se encontró bastante dinero en efectivo en los domicilios de los investigados, que tras su detención en el año 2022 quedaron en libertad provisional tras abonar una fianza de 8.000 euros cada uno. Los abogados defensores piden la absolución de sus clientes. Entre los letrados defensores se encuentran José Andrés Hernández Sala y Juan Carlos Navarro.
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L'Alquerieta es un barrio muy conocido por sus conflictos. Los enjuiciados son familia de una mujer que sin mediar palabra, le rajó con un cuchillo la cara a otra con la que tenía una discusión anterior. Siguiendo la ley del «ojo por ojo». Al parecer, la ahora agredida ya había marcado hacía tiempo a la hija de la agresora con un cuchillo así que su madre decidió tomarse la justicia por su mano y se vengó.
L'Alquerieta tiene todo un historial sangriento. Era 2006. Todo estalló cuando Ramón, un 'Kung-Fu', intentó llevarse literalmente a rastras de la casa paterna a una miembro de los 'Mantequilla' en la que tenía interés sentimental. El patriarca se oponía a ello. La venganza de los primeros no tardó en llegar. Una hilera de vehículos frenó ante la casa del clan rival. Una docena de personas se bajó con escopetas, pistolas y navajas. Murió Ramón, el novio. Su padre, su hermano y su tío. La mayor matanza entre clanes en la Comunitat. Juana, la madre, una hija y una sobrina también recibieron balazos. «Aquello era como una película gore. La sangre chorreaba literalmente por las paredes. Los cuerpos tenían tiros a bocajarro en la cara y estaban desfigurados». Lo relató un guardia civil que acudió al juicio a los cuatro 'Kung Fu' acusados.
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