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J. M.
Valencia
Lunes, 22 de abril 2024, 13:20
Dos de los cuatro menores acusados de violar a dos niñas en un palacete abandonado de Burjassot en la primavera de 2022 aceptaron este lunes sendas penas de cuatro y tres años de internamiento tras un acuerdo de conformidad, y los otros dos procesados cumplirán ... una medida de cinco años de libertad vigilada con la asistencia a cursos de educación sexual.
Durante el tiempo de la condena, los menores encausados no podrán acercarse a las víctimas, que no han tenido que declarar este lunes ni revivir las agresiones que sufrieron. El juicio previsto para hoy no se ha celebrado tras el acuerdo de conformidad que alcanzaron las acusaciones y las defensas. Las víctimas tenían 12 y 13 años cuando sucedieron los hechos.
La vista se ha celebrado esta mañana en la Sala Tirant II de la Ciudad de la Justicia con la asistencia de los padres de los acusados, pero sin medios de comunicación ni público, tal y como establece la Ley del Menor. Un quinto adolescente implicado en la violación grupal de una de las menores es inimputable, ya que cuando sucedieron los hechos tenía menos de 14 años, la edad mínima para ser juzgado en España.
La abogada Isabel Carricondo, que ejerce la acusación particular en nombre de la niña que sufrió la violación grupal, y una letrada del despacho Molpeceres & Colomer, que representa a la otra menor, llegaron a un acuerdo con los cuatro abogados defensores de los menores después de que sus padres pagaran las indemnizaciones pactadas.
Los hechos ocurrieron el 16 de mayo de 2022. Las dos niñas acudieron a una cita ese día con un grupo de jóvenes en Burjassot y entraron con ellos en un palacete abandonado. Una de ellas fue agredida sexualmente en grupo, mientras que la otra logró escapar después de que la forzara uno de los encausados.
Además de los cuatro condenados, otros tres jóvenes fueron arrestados por la Policía Nacional por su presunta implicación en la violación grupal, pero negaron su participación en la agresión sexual tras declarar que no estaban en el palacete cuando sucedieron los hechos.
Dos de los menores reconocieron que mantuvieron relaciones sexuales con las niñas, pero afirmaron que fueron consentidas, y uno de ellos declaró que se asustó y se marchó cuando vio llegar a cinco amigos de su barrio.
Las dos víctimas se habían conocido una semana antes a través de Instagram, mientras que los cuatro condenados son amigos y el día de los hechos tenían entre 15 y 17 años de edad. Cuatro de ellos no tenían antecedentes policiales en el momento de su detención por la violación grupal y uno fue arrestado una vez por un robo con violencia.
Aunque las niñas incurrieron en contradicciones sobre el posible consentimiento que una de ellas habría dado para mantener relaciones sexuales con dos de los menores, la Policía Nacional y la Fiscalía consideraron que había pruebas para acusar a tres menores de la violación en grupo y para atribuir a otro la agresión sexual que denunció la segunda niña.
Este último joven es uno de los dos castigados con la pena de cinco años de libertad vigilada y la asistencia a cursos de educación sexual, además de la prohibición de acercarse a la menor o comunicarse con ella durante el mismo período de tiempo.
El otro procesado que se ha librado del internamiento, según los hechos considerados probados, agredió sexualmente a una de las niñas, pero lo hizo de forma individual poco antes de que el resto de miembros de la manada cometiera la violación grupal.
Los dos jóvenes condenados a tres y cuatro años de internamiento participaron en la violación grupal con el quinto implicado: el menor inimputable que tenía menos de 14 años cuando sucedieron los hechos.
Una de las víctimas se escondió en las ruinas del palacete para grabar con su teléfono móvil a los agresores, pero se puso nerviosa y decidió escapar cuando vio cómo llegaban seis o siete chicos, según su declaración. Poco después, los menores se turnaron para bajar por las escaleras al sótano, donde violaron a la otra víctima.
Tras las denuncias presentadas por las niñas en compañía de sus padres, la Policía Nacional detuvo a todos los implicados y los puso a disposición de la Fiscalía de Menores. Los familiares y amigos de los encausados protagonizaron un incidente digno de reproche cuando aplaudieron su puesta en libertad en la puerta del juzgado. Un grupo numeroso de personas vitorearon y auparon a los agresores sexuales mientras realizaban gestos de victoria ante los periodistas, lo que aumentó aún más el dolor las víctimas y sus familiares.
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