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Las familias de siete de las diez personas fallecidas en el incendio de Campanar califican de «totalmente superficial» la investigación que dirige el juez instructor ... de la causa, afirman que está abocada a «cubrir el expediente» y aseguran que la intención del magistrado no es otra que poner fin al procedimiento penal.
«Con los debidos respetos, no se quiere practicar una investigación que responda a varias preguntas que podrían dar respuesta a lo sucedido y ventilar las responsabilidades penales y civiles que hubieran lugar en derecho», señala el recurso de apelación presentado por Ignacio Grau, el abogado que representa a las familias de siete víctimas. «Seguimos sin que se investigue si los diez fallecidos tuvieron oportunidad de salvarse», añade el letrado penalista.
También reitera que el juez está rechazando diligencias que los familiares de las víctimas consideran relevantes «sin proponer ninguna otra de oficio o a instancias del Fiscalía», por lo que ni tan siquiera «se atisba a vislumbrar cuál es la línea de investigación» por parte del magistrado.
Como ya informó LAS PROVINCIAS, el juez desestimó imputar al jefe de Bomberos del Ayuntamiento de Valencia, Enrique Chisbert, y también rechazó tomar declaración como investigados a los responsables del revestimiento de las dos torres destruidas por el fuego.
Grau mantiene que Chisbert mintió durante su declaración en el juzgado «al afirmar que la escalera del edificio colapsó a las 18:20 y fue impracticable desde entonces», y también habría faltado a la verdad cuando manifestó que los bomberos «recomendaron a los vecinos que salieran del edificio».
Una hermana de la profesora de Secundaria fallecida en el siniestro acudió a las 18.30 horas al edificio en llamas, instante en que comunicó a un policía el lugar exacto donde residía la víctima. La mujer había hablado por teléfono con su hermana poco antes. Ella y otras personas pidieron a los bomberos y policías que rescataran a los vecinos que aún no habían salido de sus casas en el segundo edificio, cuando el fuego todavía no se había propagado a la torre más baja.
Los familiares de las víctimas todavía se preguntan si las informaciones sobre las personas atrapadas fueron trasladadas al bombero responsable del operativo para que actuara en consecuencia. Y quieren saber las instrucciones precisas que recibieron las víctimas, y «si fallaron elementos de salvamento imprescindibles, como la primera autoescalera o la falta de una columna seca, una ventana de salvación para los fallecidos».
También piden al juez que investigue «si los fabricantes, distribuidores, técnicos y dirección facultativa» del revestimiento de los dos edificios informaron a la comunidad de propietarios sobre la gran peligrosidad de los materiales de la fachada. Sin embargo, el magistrado afirma en su resolución que carece de justificación la imputación de los mismos al considerar que cumplieron la normativa en lo que respecta al material no ignífugo.
El letrado Manuel Mata, que representa a las familias de otras dos personas fallecidas en el incendio, se ha adherido al recurso presentado por Grau, y el abogado Miguel Ferrer también tiene previsto hacerlo en los próximos días.
El incendio tuvo lugar el 22 de febrero de 2024 en un complejo de dos edificios en la confluencia de las calles Poeta Rafael Alberti y las avenidas Maestro Rodrigo y General Avilés, en el distrito de Campanar en Valencia. El fuego se inició sobre las 17:30 horas en la cocina de la vivienda número 86 y se extendió en poco tiempo al comedor y la fachada tras reventar los cristales de las ventanas del balcón.
La primera autoescalera que llevaron los bomberos no funcionaba, lo que retrasó la extinción del incendio. El foco del fuego estaba en un balcón de la octava planta, por lo que los bomberos pidieron con urgencia un segundo vehículo con escalera, que pudieron desplegar poco después, pero las llamas ya se habían propagado por la fachada debido al material inflamable de la misma y las fuertes rachas de viento.
Una posible fuga del gas refrigerante de una nevera causó el incendio, según un informe de la Policía Científica. El fuego destruyó en pocas horas dos bloques de 10 y 14 plantas con 138 viviendas en las que vivían 450 personas. Las rachas de viento alcanzaron los 60 kilómetros por hora entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche de aquel fatídico día.
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