«Las familias de las víctimas están indignadas porque ocultaron el fallo de la autoescalera»

En su declaración ante el juez instructor de la causa, el jefe de Bomberos de Valencia, Enrique Chisbert, reconoció que no pudieron extender la escalera del primer camión que llegó al incendio, lo que retrasó la extinción del fuego, pero restó importancia a este incidente y aseveró que las graves deficiencias del edificio tuvieron una mayor influencia en la propagación de las llamas.

Chisbert contestó las preguntas que le hicieron el magistrado y el fiscal durante cerca de una hora, y no habló del fallo de la autoescalera hasta que uno de los abogados le preguntó de forma explícita por los problemas que habían tenido con el vehículo.

El jefe de Bomberos contestó que no sabía por qué no lograron desplegar la escala, y aclaró que el segundo camión con escalera tardó «unos minutos», aunque sin precisar el tiempo exacto, y que algunas veces ocurrían estos incidentes durante las labores de extinción de incendios.

De hecho, otra dotación de bomberos consiguió elevar la misma escala mecánica esa misma tarde en Campanar antes de regresar al parque con el vehículo, por lo que no pudieron determinar en ese momento por qué no había funcionado en la primera intervención.

Cuando llegaron al edificio los primeros policías y bomberos, el foco del incendio estaba en un balcón de la octava planta, pero las llamas se propagaron con gran rapidez debido al material inflamable de la fachada.

Según la secuencia fotográfica del informe de la Policía Científica, a las 17:35 horas el fuego solo afectaba al interior y al balcón de la vivienda número 86, pero 16 minutos después (17:51) las llamas ya se habían extendido por la fachada hasta la doceava planta.

Como la propagación del incendio fue tan rápida, los familiares de las víctimas mortales consideran que la demora de unos minutos en la primera intervención de los bomberos, debido al fallo de la autoescalera, pudo influir en las trágicas consecuencias del siniestro. Y también están molestos porque entienden que se ha intentado ocultar este incidente.

Por ello, el abogado Ignacio Grau, que representa a las familias de siete de las víctimas mortales, insiste en que los bomberos deberían de dar más explicaciones sobre su actuación el día 22 de febrero, y del motivo del fallo de la escala mecánica, ya que el jefe de Bomberos no aclaró si no funcionó por una avería, un error humano, falta de mantenimiento o por otra causa.

«Las familias de las víctimas están indignadas porque ocultaron el fallo de la autoescalera. No podemos decir ahora lo que habría pasado si esto no hubiera ocurrido, pero los familiares tienen derecho a conocer si sus seres queridos tuvieron oportunidad de salvación», afirmó Grau.

Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que intervino la primera dotación de bomberos del cercano parque de Campanar. Los minutos transcurrían mientras las llamas se extendían por la fachada sin que los bomberos pudieran atacarlas con las mangueras, aunque poco después llegaron refuerzos con más autoescaleras.

Grau ya solicitó que declarasen ante el juez el jefe y los mandos del cuerpo de bomberos que dirigieron el operativo de extinción del fuego, ya que Chisbert llegó sobre las siete de la tarde al incendio, cuando las escaleras que unen los dos edificios ya habían colapsado y «el rescate de las víctimas era imposible».

El magistrado desestimó las testificales que solicitó el letrado y otras diligencias de investigación, como la confección de un atestado policial más completo o el interrogatorio en sede judicial de la propietaria y el inquilino de la vivienda donde se inició el fuego.

Los familiares de las víctimas pidieron también al juez que reclame y escuche las grabaciones de todas las llamadas que realizaron al 112 y 091 las personas que estaban atrapadas en el incendio, así como las comunicaciones del jefe de los bomberos que dirigió el operativo de extinción.

Algunas de las personas fallecidas estuvieron hablando por teléfono hasta el último momento con sus familiares, que les pidieron que intentaran bajar a la calle. Fueron momentos de pánico por el riesgo que suponía el avance del fuego, y las víctimas dudaron en seguir las recomendaciones de los bomberos o hacer caso a sus familiares.

Las partes personadas en la causa quieren conocer qué instrucciones dieron los mandos de los bomberos para la evacuación de los dos edificios, la secuencia horaria de las intervenciones y otros datos del informe de los bomberos que todavía no han remitido al juez.

El incendio tuvo lugar el 22 de febrero en un complejo de dos edificios en la confluencia de las calles Poeta Rafael Alberti y las avenidas Maestro Rodrigo y General Avilés, en el distrito de Campanar en Valencia. El fuego se inició sobre las 17.30 horas en la vivienda número 86 por una posible fuga del gas refrigerante de una nevera, según el informe de la Policía Científica.

En el siniestro murieron 10 personas, tres de ellas menores de edad (dos hermanos de tres años y ocho días de vida y una adolescente de 14 años), y otras 15 resultaron heridas, entre ellas siete bomberos. El incendio destruyó en pocas horas dos bloques de 10 y 14 plantas con 138 viviendas, en las que vivían 450 personas, tras la rápida propagación de las llamas por las fachadas ventiladas. El material inflamable del paramento de los edificios y las rachas de viento de hasta 60 kilómetros por hora avivaron el fuego.