La Fiscalía pide cinco años de cárcel para Miguel Ricart por vender droga en un narcopiso

El único condenado por el triple crimen de Alcàsser, Miguel Ricart, que pasó 21 años en prisión por su participación en el horrendo asesinato de tres adolescentes, se enfrenta de nuevo a la cárcel. La Fiscalía ha solicitado cinco años de reclusión en el proceso abierto contra él y otro individuo por presuntamente vender droga en un narcopiso del barrio del Raval en Barcelona, según informó este miércoles La Vanguardia.

Los hechos se remontan a diciembre de 2022, cuando Ricart fue detenido por el supuesto delito de narcotráfico en el barrio barcelonés, uno de los más peligrosos de capital catalana por su elevado índice de delincuencia.

El condenado por el caso Alcàsser reaparecía así de nuevo para la opinión pública tras unos años donde había vivido en el anonimato, más bien malvivido a tenor de las imágenes que le mostraban enflaquecido. Cayó en una redada organizada por la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra, que supuso el desmantelamiento del punto de venta de drogas.

Este presunto delito por venta de drogas es lo que sirve a la Fiscalía para presentar su petición de cinco años. Por lo que ha trascendido, en el narcopiso se manejaban con heroína y cocaína. El piso en el Raval servía a modo de almacén y también como lugar de venta, por donde acudían toxicómanos a diario para recibir las dosis, según quedó constatado durante la vigilancia policial en el entorno. Esto sirvió para obtener una orden de registro, lo que desembocó en el arresto de Ricart y su compañero.

Tras pasar varios años desaparecido en Francia después de su salida de prisión en 2013, a Ricart se le identificó en un narcopiso, esta vez en Madrid, a principios de 2021, por lo que parece que ese ha sido su 'modus vivendi' desde que se beneficiara de la doctrina Parot para salir en libertad antes de lo que le tocaba. Baste recordar que el criminal fue condenado a pasar 170 años entre rejas por participar en el secuestro, tortura y asesinato de las tres adolescentes, en un caso que conmovió a toda España y que de alguna manera cambió la percepción de la sociedad en el peligro que corren las mujeres, especialmente jóvenes.

Ricart nunca ha estado fuera del radar policial, debido a la trascendencia del caso, por lo que siempre fue controlado desde su salida de prisión. Esto permitió entre otros motivos la localización del narcopiso en el Raval.

En el mal llamado 'barrio chino' dado que no hay población asiática, asentada en otras zonas de Barcelona desde hace años, hay numerosos edificios en ruinas o que presentan un estado de conservación deficiente. La comunidad islámica domina estas calles a pesar de los intentos del Ayuntamiento barcelonés de abrir equipamientos públicos con los que atraer a nuevas familias y revitalizar así la zona.

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