![El menor de 14 años mató a su hermano en Alicante tras discutir por un cachorro de perro que les acababan de regalar](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201802/06/media/cortadas/fraticidio-kmdG-U50904442114NaG-624x385@Las%20Provincias.jpg)
![El menor de 14 años mató a su hermano en Alicante tras discutir por un cachorro de perro que les acababan de regalar](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/201802/06/media/cortadas/fraticidio-kmdG-U50904442114NaG-624x385@Las%20Provincias.jpg)
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Una discusión por un cachorro de perro de tres meses que les acababan de regalar desencadenó el ataque mortal del menor de 14 años sobre su hermano de 19. Según han confirmado fuentes policiales, los dos adolescentes se pelearon por el perro en el domicilio, hasta que el arrestado cogió el cuchillo de cocina y se lo clavó en el corazón a su hermano, que pereció en el acto.
Ni ocurrió en la peliaguda barriada de Virgen del Carmen, más conocida como ‘las mil viviendas’, ni en el seno de una familia desestructurada o marcada por el desarraigo. Un crimen ya de por sí impactante cobra aún más dureza si se produce en un barrio de clase media y gente trabajadora, y en un hogar sin signos previos de violencia o antecedentes agresivos. Alterado en el portal de su casa, tratando de escapar y respirando de manera muy agitada. Así localizaron a un chaval de 14 años los integrantes de una patrulla de la Policía Nacional que hacia la una del mediodía de este lunes acudieron a la calle Antares de Alicante. Una vecina alertó a los agentes por lo que dijo ser una «discusión familiar». Los agentes aún no sabían en ese instante que el chico nervioso y huidizo que tenían ante ellos era el presunto asesino.
Según fuentes policiales, la actitud sospechosa del adolescente hizo que uno de los agentes retuviera al menor al tiempo que su compañero subía a la vivienda escenario de la emergencia, situada en el cuarto piso. Mientras, el sospechoso confirmó el peor de los temores: le dijo al estupefacto funcionario que acababa de apuñalar a su hermano.
La escena que los policías hallaron al entrar en la vivienda consumó el dantesco escenario: en el suelo del domicilio, una mujer intentaba desesperadamente reanimar a un joven. Madre e hijo. La víctima, de tan sólo 19 años, tenía todo el tórax ensangrentado a consecuencia de una sola y letal cuchillada en el corazón.
Los agentes se lanzaron junto a la desesperada progenitora para tratar de reanimar al joven. Lo mismo hicieron luego sanitarios del SAMU. Sin resultado. El menor había perdido la vida en el acto por la certera cuchillada.
Una mala relación de años entre los dos hermanos que acabó con un letal desenlace. De hecho salió de boca del propio arrestado, ante la sorpresa del agente que lo retenía en el portal de su edificio: «Estoy harto de él, ya está bien. Siempre estábamos discutiendo, me he hartado y le he pegado un navajazo», aseguró el menor.
Los agentes hallaron en la vivienda el arma supuestamente empleada en la agresión mortal: un cuchillo cebollero con el que el menor de 14 años habría acabado con la vida de su familiar. En la reciente crónica negra de la Comunitat, el acusado de la muerte es uno de los de menor edad de los que jamás se ha tenido noticia. A pesar de ello, es penalmente imputable, al tener justo los años mínimos exigidos por la Ley del Menor. En las próximas 24 horas será puesto a disposición de la Fiscalía de Menores, según indicaron fuentes de la Policía Nacional.
El agresor, además del hermano de 19, tenía otro de menor edad. Los tres vivían en el domicilio con su madre. Allí estaba también con su abuela. Esta tuvo que ser trasladada en una ambulancia hasta un centro hospitalario al sufrir una fortísima crisis de ansiedad después de ver lo ocurrido entre sus propios nietos, al igual que el otro niño de la familia. Las fuentes no concretaron si había alguna otra persona en la vivienda, como el progenitor de los chicos.
En el barrio de la Florida, situado en la oeste de la capital, los balcones se llenaron de vecinos con rostro compungido. Un silencio de incredulidad se instaló en la calle Antares, una vía de viviendas humildes, construidas la mayoría en los años 60 y habitadas en su mayor parte por personas de clase media.
El joven arrestado no posee antecedentes policiales, ni tampoco judiciales. Las mismas fuentes policiales descartan que tuviera diagnosticado algún tipo de trastorno psiquiátrico, al menos con la información que al cierre de esta edición manejaban los investigadores de la Policía Nacional.
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