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La cocina de la vivienda donde se inició el fuego con testigos numéricos de la inspección policial. PN
Un informe policial apunta a una fuga del gas de una nevera como causa del incendio de Campanar

Un informe policial apunta a una fuga del gas de una nevera como causa del incendio de Campanar

La Policía Científica determina que el fuego se inició en la parte trasera del frigorífico, pero otro investigador halla evidencias de un fallo en otro electrodoméstico

Javier Martínez

Valencia

Viernes, 3 de mayo 2024

Una posible fuga del gas refrigerante de una nevera causó el trágico incendio de Campanar, según el informe que la Policía Científica ha remitido al juez instructor de la causa. Tras la minuciosa inspección que realizaron en los restos del frigorífico, los investigadores policiales concluyen que el fuego podría haberse iniciado en la parte trasera del electrodoméstico, al parecer, por una chispa o incluso la electricidad estática del aparato.

El isobutano que discurre por los tubos de la nevera es un gas refrigerante que rebaja la temperatura del aparato, pero es muy inflamable y puede arder, por ejemplo, por una pequeña chispa. La acumulación de polvo y pelusa en la parte trasera de la nevera, algo habitual en la mayoría de electrodomésticos empotrados en una pared, habría favorecido también la ignición.

El informe afirma textualmente que la Policía Científica «trabaja con la hipótesis de que una pequeña fuga en los conductos de canalizaciones del refrigerante provoque la salida del mismo (...) y ante cualquier chispa o incluso la electricidad estática del aparato cause la inflamación del mismo». Esto explicaría los daños que presentaba el condensador de la nevera, con los conductos destruidos, «por efecto de un elevado calor con goteo del material afectado».

Tal y como ya informó al juez instructor de la causa, la Policía Científica determina que la etiología del incendio es de «carácter accidental». Los investigadores inspeccionaron de forma minuciosa el cableado y las conexiones de la nevera que no fueron destruidas por el fuego, «sin descubrir ninguna señal, aparentemente, de cortocircuito o mal funcionamiento».

Sin embargo, la Policía asevera que no puede descartar el origen eléctrico del fuego «debido al alto grado de destrucción de la zona y al rigor técnico de los investigadores», ya que estos no pueden establecer «fehacientemente la fuente de ignición».

Respecto al isobutano, el informe policial señala que su mayor desventaja es su inflamabilidad con llamas abiertas, chispas eléctricas, incluso la electricidad estática. El manual de instrucciones del frigorífico advierte que contiene este gas inflamable.

La conclusión del informe policial no coincide con la principal hipótesis que baraja un experto investigador de incendios. Este especialista, que fue contratado por una de compañía de seguros, también inspeccionó la cocina donde se inició el fuego y encontró evidencias que indicarían otro causa diferente, concretamente un fallo en otro electrodoméstico.

Los investigadores privados también hallaron restos de una gran mancha de aceite en el suelo de la cocina, junto al mobiliario calcinado, lo que habría facilitado la combustión después de las primeras llamas.

Minuciosa inspección en la cocina

Una vez examinada la estructura de la vivienda, los policías realizaron un desescombro selectivo en la cocina y examinaron con detalle todas las conexiones eléctricas y los electrodomésticos, así como su grado de afectación, para determinar el origen del siniestro. Este estudio pormenorizado de los aparatos se realizó en sentido contrario a las agujas del reloj según se accede a cocina.

Respecto a los daños de esta estancia, la Policía comprobó que la puerta que abría a derecha desapareció por efecto del fuego, de igual manera que las ventanas y la puertas de acceso a la terraza, así como la mayor parte de las paredes que delimitaban la cocina y la separaban de un dormitorio y el salón. Los anclajes metálicos de los paneles de pladur presentan un gran grado de torsión, mayor que en el resto de habitaciones de la vivienda.

La nevera destruida por el fuego con elementos amarillos identificativos. PN

El fuego destruyó todos los elementos que no eran metálicos del frigorífico, desprendiendo las puertas frontales, y el condensador con forma de rejilla metálica rectangular estuvo sometido a fuego y calor, creando un orificio en su parte central. Según el informe policial, esta afectación «resulta disonante y difícilmente explicable con el desarrollo del incendio».

La encimera desapareció en su totalidad, y los restantes electrodomésticos tienen diferente grado de destrucción. La vitrocerámica presenta fracturada la capa de vidrio exterior, pero los especialistas de la Policía Científica no hallaron ninguna señal de fallo eléctrico o mal funcionamiento de las conexiones eléctricas ni en las resistencias, que incluso conservaban el recubrimiento del cableado.

El informe policial remitido al juez también incluye la declaración del inquilino que residía en la vivienda número 86. El hombre manifestó a la Policía que salió de su domicilio a las 7:30 horas de la mañana y que no había toldos en las terrazas de la vivienda ni persiana eléctrica en el comedor.

Cuando le preguntaron por la fecha de la última limpieza a fondo en la cocina, el inquilino respondió que fue hace un año y que para llevarla a cabo movió los electrodomésticos. También afirmó que no había sufrido ninguna incidencia eléctrica en su casa en los 10 años que llevaba viviendo en el edificio.

Primer tramo del pasillo de la vivienda número 86. PN

Todos los aparatos de la cocina eran propiedad de la dueña del piso, ya que lo alquiló amueblado, a excepción de una freidora de aire. La Policía también tomó declaración a la propietaria de la vivienda, que tampoco tenía conocimiento de ningún incidente eléctrico en el piso.

El incendio tuvo lugar el 22 de febrero en un complejo de dos edificios en la confluencia de las calles Poeta Rafael Alberti y las avenidas Maestro Rodrigo y General Avilés, en el distrito de Campanar en Valencia. El fuego se inició sobre las 17:30 horas en la cocina de la vivienda número 86 y se extendió en poco tiempo al comedor y la fachada tras reventar los cristales de las ventanas del balcón.

Tras la rápida propagación de las llamas debido al material inflamable de la fachada ventilada y las fuertes rachas de viento, diez personas fallecieron y otras 15 resultaron heridas, entre ellas siete bomberos. El voraz incendio destruyó en pocas horas dos bloques de 10 y 14 plantas con 138 viviendas en las que vivían 450 personas. Las rachas de viento alcanzaron los 60 kilómetros por hora entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche del 22 de febrero.

Los expertos contratados por las compañías de seguros han realizado ya dos inspecciones en la casa donde se inició el fuego, pero no han podido examinar el motor calcinado de la nevera de la marca Beko, que fue trasladado a las dependencias de la Policía Científica.

El pasado 19 de abril, los especialistas inspeccionaron por segunda vez la vivienda número 86 para tratar de determinar la fuente de ignición. Los investigadores examinaron un frigorífico de la misma marca y modelo que parece ser el foco del incendio, según la Policía Científica, y tomaron fotografías del motor quemado. Esta nevera se encuentra en una casa de la planta 12 y quedó también destruida por el fuego. También inspeccionaron el resto de electrodomésticos de la marca Bosch.

La mayoría de las 138 viviendas destruidas por el fuego tenían hornos, vitrocerámicas, campanas extractoras de humo y microondas de la marca Bosch, y el resto de electrodomésticos (lavadoras, lavavajillas, termos y frigoríficos) fueron comprados o renovados por los propietarios después de comprar los pisos.

Las compañías Mapfre, Occident, Allianz, Santalucía, Generali y Liberty, entre otras, activaron dispositivos urgentes para agilizar el pago de las indemnizaciones y contrataron a especialistas en investigación de incendios para que realizaran un informe sobre la causa del siniestro.

Solo la póliza de Mapfre correspondiente al seguro de la comunidad de propietarios contempla un importe de 26,5 millones de euros para cubrir la edificación y otros 31.266 euros por el mobiliario del recinto. Entre las empresas contratadas por las compañías de seguros para investigar las causas del incendio y su rápida propagación se encuentran Synthesis Investigación de Siniestros y Oficina Técnica de Ingeniería Forense (OTIF).

Cuando los agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica terminaron sus inspecciones en el edificio siniestrado, el titular del Juzgado de Instrucción 9 de Valencia autorizó la entrada en el complejo de los investigadores y peritos de 11 empresas, de las que diez son compañías de seguros.

Tras las dos inspecciones que han realizado, una de ellas de forma conjunta, cada uno de los investigadores deberá elaborar su informe sin compartir las conclusiones, aunque sean similares. Algunos de ellos creen también que el foco del incendio es la nevera, pero otros no están de acuerdo con las conclusiones del informe de la Policía Científica.

Si la causa del incendio hubiese sido una fuga del gas refrigerador de la nevera, consideran que antes de inflamarse «se habría formado una bolsa de gas y cuando estuviese en su rango explosivo o de inflamación, la simple chispa del relé del termostato habría sido la fuente de ignición, provocando una explosión de la bolsa de gas», afirma uno de los peritos. Pero esta circunstancia no ocurrió en el siniestro de Campanar, según el investigador privado, ya que no se registró «ninguna explosión». Sin embargo, otro experto asegura que podría haberse registrado una deflagración cuya onda expansiva no habría dejado señales.

El devastador incendio de la torre Grenfell de Londres, que causó 79 muertos el 4 de junio de 2017, también comenzó en un frigorífico. La investigación policial determinó que una nevera defectuosa fue el origen de las primeras llamas, y en aquel terrible siniestro el fuego también se extendió a las plantas superiores.

Averiguar por qué se propagó tan rápido el fuego por la fachada es otra de las claves de la investigación. El complejo fue construido por la empresa Fbex, que se erigió como símbolo de la época del 'boom' inmobiliario y su posterior caída, pues la promoción de viviendas acabó en manos de entidades bancarias por la deuda.

La tipología de los materiales, así como la ficha de los productos utilizados en la obra, figuran en el libro de control de la construcción. La comunidad de propietarios del edificio siniestrado presentó una denuncia en el juzgado para que investigue un posible delito de daños por imprudencia grave respecto a las posibles negligencias de los agentes de la edificación.

Bajo la dirección legal del letrado Guillermo Aragó Hervás, de la firma valenciana Togas&Tributos Abogados, los propietarios de los pisos siniestrados se han personado en la causa como acusación particular, ya que consideran que las posibles «negligencias de los agentes de la edificación» pudieron ser clave en la propagación y consecuencias del incendio.

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