
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La Guardia Civil ha iniciado esta mañana un nuevo operativo para buscar el cuerpo de Marta Calvo en un pozo sin sellar dentro de una caseta tapiada junto a la carretera que une Manuel y Villanueva de Castellón. Un grupo de agentes de paisano y un guía canino con su perro realizaron una primera inspección en la zona después de que una mujer acudiera a la Guardia Civil para alertar de que había visto a un sospechoso, junto a un coche parado con el maletero abierto, en uno de los carriles de circulación de la CV-562, una vía local que apenas tiene arcén.
Tras tomar declaración a la testigo, los investigadores que asumieron el caso han delimitado una nueva área de búsqueda donde hay un pozo de unos 20 metros de profundidad, una acequia con fango, varias casas en ruinas y un invernadero. La mujer asegura que vio al sospechoso varios días después del crimen cuando ella y su marido circulaban con su vehículo por la carretera CV-562 en dirección a Xàtiva.
El operativo se refuerza mañana con agentes del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM), con sede en Ontinyent, y un equipo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Valencia. Uno de los buzos está previsto que descienda hasta el fondo del pozo, cuya abertura está tapada con una reja.
La nueva zona de búsqueda se encuentra en el término de Senyera, pero cerca del vertedero ilegal y la cantera que ya rastrearon medio centenar de agentes en septiembre en el paraje de Font Amarga en Villanueva de Castellón. Sin embargo, el lugar está fuera del área delimitada por las ubicaciones del teléfono móvil de Jorge Ignacio P. J., el presunto asesino de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela.
Los expertos en telecomunicaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil elaboraron un informe con los datos de geolocalización del teléfono para reconstruir todos los movimientos que realizó el detenido la noche del crimen y el día posterior.
Los investigadores sospechan que el narcotraficante pudo emplear ese tiempo para deshacerse del cadáver. La mujer que ha facilitado a la Guardia Civil esta nueva pista recuerda también el día del avistamiento del sospechoso, el 12 de noviembre de 2019, porque acudió a un reconocimiento médico en Xàtiva.
El coche del individuo invadía el carril del sentido contrario de circulación, ya que en ese punto el arcén es muy estrecho, y el vehículo estaba parado con el maletero abierto muy cerca del pozo, cuya caseta fue tapiada hace un año aproximadamente.
Cuando la mujer vio al sospechoso, los medios de comunicación aún no habían informado de la desaparición de Marta, pero la Guardia Civil ya buscaba el presunto autor del crimen tras identificarlo como el último hombre que había estado en su vivienda de Manuel con la joven. En esa fecha, la puerta de la caseta no estaba tapiada.
Tras entregarse en el cuartel de la Guardia Civil de Carcaixent, el detenido declaró que había descuartizado el cadáver después de que la joven falleciera de forma accidental por una sobredosis de cocaína, pero los investigadores consideran inverosímil este relato y creen que el individuo provocó la muerte de Marta con dolo al introducirle droga en su cavidad vaginal sin su consentimiento, como ya había hecho con otras mujeres.
La Guardia Civil sospecha que Jorge Ignacio podría haber ocultado el cuerpo de la víctima para impedir una autopsia que determinaría una posible muerte violenta o descubriría su desviación sexual y letal, que él denominaba «fiesta blanca», como causa del fallecimiento de la joven.
Los agentes que asumieron la investigación consideraron esta hipótesis desde el principio. Sin embargo, la existencia de otras pruebas, como los posicionamientos del teléfono del presunto asesino en los lugares donde declaró que había arrojado las bolsas con los restos humanos –tres contenedores de Alzira y Silla–, llevaron a la Guardia Civil a buscar el cadáver en el vertedero de Dos Aguas con el enorme esfuerzo que supuso el rastreo de varios miles de toneladas de basura.
Además de obtener los datos de geolocalización del móvil, los especialistas de la UCO también realizaron mediciones de cobertura de las antenas de telefonía móvil en los términos de Manuel, Alzira, Llosa de Ranes, l'Olleria y Silla para reconstruir con mayor precisión todos los movimientos que realizó Jorge Ignacio en las horas y días posteriores al crimen.
El presunto asesino en serie usaba tres teléfonos de las marcas Apple, Wico y BQ y se deshizo de los móviles el 11 de noviembre de 2019, cuatro días después de la muerte de la joven, tras arrojarlos a papeleras y contenedores de diferentes calles de Valencia, según su declaración ante la Guardia Civil.
Uno de los móviles tenía un programa de encriptación de llamadas, aunque el sistema de cifrado no impidió a los investigadores conocer la ubicación del presunto asesino en la franja horaria que asegura que se deshizo del cuerpo.
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