La Guardia Civil prueba en su informe a través de los mensajes de Telegram entre la Central de Prevención de Incendios Forestales y una empleada de la empresa de Vaersa que se actuó con una demora de 28 minutos para frenar el tren.
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El estudio ... realizado por la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Burriana es claro: las fotografías difundidas por la empleada de Vaersa «son suficientemente expresivas del alcance y la dirección del incendio, del frente de fuego y de la posición desde la cual son tomadas de dichas imágenes». Los agentes afirman estos datos teniendo en cuenta las coordenadas de cada una de las imágenes.
Estas fotografías tomadas por la empleada comienzan a enviarse por Telegram pocos minutos antes de las 16 horas del 16 de agosto de 2022. La trabajadora fue constantemente actualizando la situación del fuego antes de que el tren se adentrara entre las llamas con los 49 pasajeros.
Los investigadores afirman: «En caso de haberse realizado un análisis y la correcta interpretación del contenido en las imágenes por parte de quien correspondiera, habría tiempo suficiente para haber adoptado alguna medida que impidiera el suceso en el que se vio involucrado el tren de pasajeros». La tragedia podría haberse evitado de haber habido una buena coordinación en las comunicaciones.
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La empleada envió mucho antes de que se produjera la tragedia del tren de Bejís la actualización del incendio. Los mensajes estaban siendo leídos por la Central de Prevención de Incendios. Pero la orden de parar la marcha llegó tarde y 49 pasajeros se vieron atrapados entre las llamas.
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Este informe de la Guardia Civil permite reabrir la causa judicial que quedó archivada a espera de que llegara el análisis de estas conversaciones telefónicas y por Telegram. El pasado mes de febrero la titular del juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Segorbe solicitó a los agentes el informe tras un año y medio de espera.
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En las conversaciones extraídas de la red social de Telegram, a las 17.13 horas en el contexto relacionado sobre la evolución del incendio se informó: «Avanza desde la Serratilla dirección Sud Oeste». Pasan dos minuto. En la conversación se añade que las llamas se dirigen hacia la estación de Torás Bejís. Pero según consta en el informe, «desde el momento en el que se transmite el mensaje anteriormente citado transcurren cuarenta minutos aproximadamente hasta que el tren detiene la marcha por la acción del fuego».
Había muchas fotografías adjuntadas a la coordinación en el grupo de prevención del incendio de Bejís de cómo iban evolucionando las llamas. Cada vez iban avanzando más. La cronología del siniestro se fue aportando por medio de Telegram en el grupo de usuarios entre los que se encontraba la Central de Prevención de Incendios de Castellón.
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Los investigadores concluyen que la empleada de Vaersa tomó varias fotografías desde distintos puntos situados en el Alto del Ragudo enviadas a partir de esta red social a la central de prevención y también las difundió en otros grupos de Telegram compuestos por varios usuarios. «Señalar que las vías férreas donde acontecen los hechos que se investigan se encuentran entre los diferentes puntos desde los cuales se toman las fotografías y el frente del fuego.
Es decir, desde la Central de Prevención de Incendios de Castellón conocían perfectamente la trayectoria de las llamas y que el tren se estaba dirigiendo al epicentro del incendio. Sin embargo, «se observa que desde el momento en el que se cita por medio de mensaje la estación de Torás Bejís y el momento en el que el tren detiene la marcha por acción del fuego transcurre un espacio de 28 minutos».
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Casi media hora que, según el exhaustivo examen hecho por los investigadores, fue clave. Si se hubiera actuado a tiempo y frenado la trayectoria del tren, el siniestro no habría pasado. Este análisis es una pieza clave para la causa. La juez de Primera Instancia e Instrucción de Segorbe decidió esperar el informe practicado por el Equipo Judicial de Burriana para reabrir la causa. El motivo fue apostar por la cautela. Requería del informe para evaluar si existía una responsabilidad penal y de quién en el caso del siniestro ferroviario. En su momento la titular del juzgado imputó a cuatro responsables antes del archivo provisional.
El atestado que realizó la Guardia Civil cuestionaba la falta de previsión de los Bomberos y el deficiente canal de comunicación entre Emergencias y Adif, o mejor dicho, la ausencia de comunicación, circunstancias que propiciaron que el convoy se adentrara en pleno incendio forestal. En algún punto también se puso en cuestión la actuación de la maquinista del tren.
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Ayer Carlos Mazón se comprometió con los letrados de los afectados a darles ayudas para paliar las heridas tanto físicas como psicológicas tras el siniestro.
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