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La Guardia Civil dirá adiós el próximo 7 de marzo a las subastas de armas en la provincia de Valencia tras la modificación del reglamento en 2020. Un total de 2.562 escopetas, rifles, pistolas y revólveres se exponen esta semana en el acuartelamiento de Cantarranas para una de las últimas licitaciones de armas que se realizarán en España.
Transcurrido el plazo de un año desde el depósito de las armas sin haber recibido ninguno de los destinos que pueden designar sus propietarios, la Dirección General de la Guardia Civil puede ahora destruirlas en lugar de subastarlas, como venía haciendo hasta la fecha.
«Los tiempos cambian y tanto la Guardia Civil como los aficionados a las armas tenemos que adaptarnos a la nueva normativa, aunque cada vez es más difícil encontrar una joya de la corona en una subasta», afirma Cristóbal López, un cazador y gran aficionado al tiro al plato.
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López, que ha acudido esta mañana al cuartel de Cantarranas, su mujer y su hija tienen un total de 16 escopetas, tres rifles, tres revólveres de avancarga y dos pistolas de duelo. «Lo nuestro es pasión por las armas desde hace mucho tiempo. Mi hija ya disparaba cuando era menor pero siempre en mi presencia, con 16 años y después de obtener la licencia, y la verdad es que voy a echar de menos las subastas», asegura el cazador.
«Nosotros siempre hemos tenido mucho cuidado y no hemos tenido accidentes. Las escopetas siempre las guardamos descargadas en el armero, como se deber hacer, y los revólveres de avancarga y rifles siempre están en la caja fuerte hasta que los sacamos para ir al campo de tiro», señala López.
Las 2.562 armas que se subastan en Valencia se exponen esta semana de lunes a viernes en horario de 09:00 a 13:00 horas a excepción del jueves, cuando los agentes de la Guardia Civil atenderán al público por la mañana y por la tarde de 15:30 a 18:00 horas.
Los interesados pueden pujar mediante el sistema de pliego cerrado, y la apertura y resolución de la subasta se realizará el 7 de marzo a las 10:00 horas en la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia, concretamente en el cuartel situado en el número 4 de la calle Calamocha de Valencia.
El pliego de condiciones y la documentación necesaria se facilitará a los interesados en el local de la exposición, a excepción de la correspondiente a la fianza, ya que esta se formaliza por medios telemáticos conforme determina la Caja General de Depósitos de la Delegación Provincial de Hacienda en Valencia.
A la subasta solo pueden concurrir personas autorizadas para la tenencia, uso o comercio de las armas por las que se pretende pujar, o representantes legales de los mismos, según explica el sargento de la Guardia Civil Javier Campos. «Todo el dinero que se recauda en la subasta es para Hacienda, aunque luego es devuelto a los propietarios de las armas», afirma Campos.
También acuden al cuartel de Cantarranas estos días excazadores como Casimiro Martín, que mantiene su licencia de armas para disparar de vez en cuando en un campo de tiro. «He visto un rifle del calibre 22 que me ha gustado. Voy a pujar por cinco euros más que el precio que tiene y a ver si hay suerte», dice Martín.
Cuando finalice la subasta, los particulares que quieran comprar una pistola antigua en Valencia para su colección privada o una escopeta de caza de segunda mano, tendrán que acudir a una armería. Desde el pasado mes de noviembre, más de 23.000 armas (escopetas en su mayoría) se están subastando por toda España tras una gran acumulación debido a que no se convocaron las licitaciones en 2020 por la pandemia.
Además del control, las subastas y la destrucción de pistolas, escopetas y revólveres confiscados, las unidades de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil tienen otros cometidos, muchos de ellos desconocidos para la mayoría de los ciudadanos, como el control de explosivos y la comprobación del uso de los mismos en canteras, minas y obras.
El año pasado se cumplió el 35 aniversario de la creación de la especialidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil, pero las competencias de la Benemérita en el ámbito de las armas se remontan a 1844, el año de la fundación del cuerpo, cuando encomendaron a los primeros guardias civiles vigilar que nadie andara por las caminos con armas sin licencia.
Con respecto a las armerías, la labor de la Guardia Civil es preventiva y está enfocada a evitar posibles accidentes. Los agentes especialistas en armas también inspeccionan los establecimientos de venta de productos pirotécnicos, tanto los de uso recreativo (petardos) como los de artículos que su utilizan en el mar (bengalas náuticas), así como los talleres de fabricación y los espectáculos de artificios pirotécnicos.
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