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La actuación incauta del director del cortometrajes Aitor Espert, que no avisó a la Guardia Civil del rodaje con armas de fuego simuladas, y el error del alcalde de Alginet, que tampoco informó a la Policía Local, desataron la alarma el domingo al mediodía en el pueblo y mantuvieron en jaque a cinco patrullas de la Guardia Civil tras confundir la grabación con un asalto a la Casa Consistorial.
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La Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana ha pedido a la Guardia Civil un informe sobre el incidente tras conocer que algunos de los agentes desenfundaron sus pistolas y se parapetaron detrás de los vehículos policiales, junto a la puerta de la Casa Consistorial, cuando aún no sabían que los tres hombres encapuchados eran actores de una serie.
El propio director, su hermano y otro vecino de la población representaron los papeles de delincuentes. Llevaban dos réplicas de subfusiles automáticos y una pistola. Tres armas de fuego que varios vecinos creyeron que eran auténticas y por eso llamaron al 112.
Aunque Espert aseguró ayer que se notaba que las armas «eran de juguete», la realidad es bien distinta, ya que parecían auténticas a cierta distancia. Además, en momentos de tensión y nerviosismo, como los que vivieron los primeros agentes que llegaron al Ayuntamiento de Alginet, el riesgo de confusión aumenta todavía más.
Espert, que ha dirigido varios cortometrajes premiados en festivales de cine, pidió autorización al alcalde de Alginet para grabar la escena de un atraco a un banco, pero no avisó a la Guardia Civil de que iban a utilizar réplicas de subfusiles y una pistola simulada, como es obligatorio en estos casos, en un edificio público.
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Las empresas audiovisuales pueden obtener armas e incluso material explosivo para ser usado en rodajes, a través de la Policía Nacional y la Guardia Civil, aunque tampoco fue el caso de la grabación de Alginet. El suceso generó bromas y críticas al alcalde de Alginet, José Vicente Alemany, en las redes sociales y grupos de WhatsApp.
Desvío de patrullas
La intervención de la Guardia Civil supuso la desviación de cuatro patrullas que prestaban servicio en otras localidades cercanas, dejando desprotegidos esos municipios durante el tiempo que duró el dispositivo policial. A esto hay que añadir la situación de riesgo y tensión cuando varios guardias civiles desenfundaron sus armas.
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Alemany pidió ayer disculpas a la Guardia Civil y la Policía Local por el incidente que calificó de «malentendido», y manifestó que asumirá las posibles consecuencias de su error. «Nuestro ayuntamiento está abierto al pueblo. El fallo fue no preguntar más sobre el rodaje. Yo no sabía nada de las armas. La próxima vez avisaré a todos para que no vuelva a ocurrir», afirmó el alcalde. «Me ha sorprendido que la gente pudiera creer que un domingo estaban atracando el ayuntamiento», añadió Alemany.
El director de la serie adujo que no avisó a la Policía Local, como suele hacer habitualmente, porque grabaron en un espacio interior. «Han exagerado mucho. Los guardias civiles vieron por la ventana, antes de entrar, que era un rodaje y que no había peligro. No encañonaron a nadie», señaló Espert.
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