Un guardia descarta que los golpes de la joven de Chella se debieran a la caída en la sima
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El acusado mandó mensajes a amigos en los que se desvinculaba de la desaparición: «Seguro que se habrá ido con alguno, ya volverá»Tribunales ·
El acusado mandó mensajes a amigos en los que se desvinculaba de la desaparición: «Seguro que se habrá ido con alguno, ya volverừLa caída a la sima fue limpia y no creo que se golpeara en el trayecto». Así lo expuso ayer un agente de la Guardia Civil en la segunda jornada de interrogatorios del juicio con jurado por el presunto asesinato y violación de la joven Vanessa Ferrer en Chella hace cuatro años.
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El acusado, Rubén Maño, que sólo admite haber asfixiado a la joven y «por accidente» niega que golpeara a la víctima a pesar de las graves lesiones en la cabeza que la autopsia sacó a la luz. En su declaración, y así lo expuso también la defensa, dejó entrever que estos golpes pudieron producirse durante el traslado del cadáver o su posterior arrojamiento a la sima. Pero el agente que ayer declaró explicó que el cuerpo quedó enganchado en unas ramas a unos 30 metros de profundidad y, a lo sumo, podría haber sufrido «roces» por dicha caída y no golpes.
Iván, uno de los testigos cuya declaración fue leída ante el jurado, aseguró que a Rubén «le gustaba Vanessa y quería relaciones sexuales con ella». Admitió haber recibido este mensaje del sospechoso al día siguiente del crimen, cuando la preocupación se adueñaba del pueblo por la desaparición de la chica: «Seguro que se habrá ido con alguno. Ya volverá». Otro mensaje similar de Rubén a su amigo Gabriel rezaba: «¿Has visto lo de Vanessa? Ha desaparecido tío, qué fuerte».
Este otro testigo, en cuya casa estuvo el sospechoso en horas previas al crimen, explicó que Rubén «quería irse de fiesta con Vanessa» y señaló que consumió «whisky y un gramo de cocaína compartida entre tres», un reparto que también sostiene otro colega llamado Vicente.
Los padres de Rubén aseguraron entre lágrimas que su hijo arrastraba problemas de salud mental y con las drogas desde los 14 años. «Mi hijo me llamó y me dijo que había matado a una amiga sin querer», reveló la madre. También se refirió a presiones a testigos para declarar en contra del acusado, cuestión que ayer preveía denunciar la defensa.
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