«Me gustaría que no saliera nunca, que no pisara la calle»

No ve las noticias. Denunció para impedir que el asesino de Marta Calvo continuara asesinando deliberadamente a otras mujeres vulnerables. El jurado popular lo declaró culpable de todos los cargos, lo que abría la puerta a que se le impusiera la pena de tres prisiones permanentes revisables como pidieron las acusaciones particulares. Pero la sentencia ha sido una sorpresa para las víctimas, en el mal sentido. «Lo que me gustaría es que no saliera nunca, que no pisara más la calle», confiesa la mujer a LAS PROVINCIAS.

Aun así, reconoce que ahora «todo está en manos de los jueces. Confío en la Justicia y también en mi abogada, Isabel Carricondo». La letrada que le representa está asociada junto a Juan Carlos Navarro, que ayer declaró a este periódico su voluntad de recurrir para que condenen a Jorge Ignacio P.J. con la pena de prisión permanente revisable. A pesar de la resolución, el letrado se mostró contento en términos generales: «Al fin y al cabo, le han condenado por todos los delitos que le pedimos».

El único consuelo de la víctima del asesino en serie es que esté entre rejas, donde nunca más pueda ponerle la mano encima a una mujer. «Lo único que quiero es que, se le condene a la pena de prisión permanente revisable o no, cumpla el tiempo que le toque dentro de prisión». En la sentencia está previsto que Jorge Ignacio no goce de ningún tipo de permiso penitenciario aunque la madre de Marta Calvo, Marisol Burón, destacó el pasado jueves 1 de septiembre que «hará lo imposible por estar lejos del resto de presos como ha hecho hasta ahora porque le dan miedo». La estancia del condenado en prisión hasta el momento está caracterizada por sus innumerables visitas a la enfermería y sus 'intentos de suicidio', que ya descartaron los peritos de medicina forense en el juicio. Concretaron que el preso no tenía una verdader intención de quitarse la vida.

Pero las acusaciones particulares no se dan por vencidas. Pelearán hasta que la prisión permanente revisable sea una realidad. Hasta que se aseguren de que el asesino en serie no volverá a ver la luz del