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Un trabajador de la planta de reciclaje de Manises encontró ayer el cadáver de una niña recién nacida durante el proceso de selección de residuos sólidos. El macabro hallazgo tuvo lugar sobre las cuatro de la madrugada en la cinta transportadora donde varios operarios recogen los materiales que se reciclan. Tras comprobar que se trataba de un bebé, el responsable de la empresa paralizó la actividad en la parte de las instalaciones donde estaba el cuerpo y avisó a la Guardia Civil, tal y como establece el protocolo interno de la planta.
Pocos minutos después llegó al lugar una patrulla de la Guardia Civil de Aldaia, que constató la muerte de la niña. Los agentes acordonaron la zona para facilitar la minuciosa inspección que horas después realizó un agente del laboratorio de criminalística de la Guardia Civil de Valencia. Agentes del Grupo de Homicidios también se desplazaron a la planta y asumieron la investigación. Todo parece indicar que la niña nació sin asistencia médica en una vivienda y poco después fue arrojada a un contenedor de basura. El forense de guardia también examinó el cuerpo del neonato con su cordón umbilical y determinó la hora aproximada de la muerte. Luego, el juez supervisó las primeras investigaciones de la Guardia Civil y ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia.
El cuerpo de la niña presentaba varios golpes en la cabeza y en la cavidad del pecho, aunque estas lesiones podría haberlas sufrido cuando ya había fallecido. Como el cadáver de la criatura había pasado ya varios procesos de tratamiento, el forense y los investigadores de la Guardia Civil consideraron la posibilidad de que la maquinaria de la planta habría golpeado el cuerpo de la niña, aunque esta hipótesis debería confirmarla el resultado de la autopsia. El proceso de clasificación de los residuos sólidos que los camiones trasladan a la planta de Manises no permite delimitar con exactitud la zona de recogida de la basura, por lo que la información que los trabajadores facilitaron a los investigadores no fue muy útil. Un infanticidio cometido en un piso de una población de la comarca de l'Horta es la principal hipótesis que baraja la Guardia Civil. Tampoco se descarta que el cadáver hubiese sido arrojado a un contenedor de la ciudad de Valencia.
Los guardias civiles que realizaron la inspección en la planta de tratamiento de residuos urbanos, concretamente en la partida de Coscollar, examinaron de forma minuciosa los residuos y papeles que había junto al cuerpo para buscar pistas que podrían ayudar a los investigadores a centrar sus pesquisas en la calle o el pueblo donde se deshicieron del cadáver.
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Las instalaciones de la planta de Manises reciben la basura de la ciudad de Valencia y su área metropolitana. Un gran número de camiones descargan todas las noches los residuos urbanos que recogen en las calles de numerosas localidades.
Los investigadores de la Guardia Civil sospechan que el cuerpo de la niña fue arrojado a un contenedor, por lo que pidieron información a la empresa sobre las rutas de los últimos camiones que descargaron basura en la planta.
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El 26 de noviembre de 2013, otro macabro hallazgo paralizó la planta de tratamiento de residuos sólidos de Manises. Un trabajador descubrió el cadáver de un niño recién nacido en la cinta transportadora. El bebé llevaba el cordón umbilical sin pinzar ni atar, por lo que la investigación también se centró en un infanticidio.
El Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia asumió el caso para identificar a la madre, como hizo ayer tras el hallazgo del cadáver de la niña, pero las indagaciones que realizaron los agentes no permitieron localizar el contenedor donde arrojaron el cuerpo ni el lugar donde nació el niño. La Guardia Civil de Castellón investigó este año la muerte de otra niña recién nacida tras el hallazgo de su cadáver en la planta de residuos de Onda.
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Un equipo de agentes expertos en investigación criminal realizaron pesquisas para tratar de averiguar el nombre de la localidad donde arrojaron el cuerpo a la basura, entre 46 poblaciones de la zona centro de la provincia de Castellón, para identificar a la madre del bebé.
El macabro hallazgo se produjo sobre las seis de la tarde del 16 de marzo en la zona de clasificación de los residuos. Una de las empleadas paró la cinta transportadora para revisar un bulto sospechoso y descubrió entonces el cuerpo sin vida de la niña recién nacida. Tras ser avisada la Guardia Civil de Onda, varias patrullas acudieron al lugar y desalojaron a los trabajadores que se encontraban en la zona donde fue hallado el cadáver. Siete meses después, este caso continúa también sin resolver.
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