Javier Martínez y TONI BLASCO
Valencia
Lunes, 23 de diciembre 2019, 10:19
Un indigente de 64 años fue encontrado muerto con signos de violencia en la madrugada de hoy en un parque de la calle Martí Grajales en el barrio del Cabanyal en Valencia. El cadáver de Felipe G. tenía una herida de arma blanca, al menos, en el tórax y estaba junto a un charco de sangre al lado de un banco cuando la policía llegó a la escena del crimen.
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Un taxista llamó por teléfono al 092 para pedir una ambulancia poco después de que viera a un hombre en el suelo. Era las cuatro de la madrugada. Tras recibir el aviso de que una persona había sido acuchillada, varias patrullas de la Policía Local y Policía Nacional acudieron con urgencia al lugar. Un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) también se desplazó al parque, pero el indigente ya había fallecido cuando llegó la ambulancia.
El médico certificó la muerte del hombre y constató que el cuerpo ya había comenzado a enfriarse, por lo que dedujo que la víctima había sido apuñalada varias horas antes. Los primeros policías locales que llegaron al parque encontraron un cuchillo manchado de sangre a unos tres metros del cadáver. Los agentes acordonaron la zona para facilitar la labor de la Policía Científica y del Grupo de Homicidios, que se hicieron cargo de las investigaciones.
El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la correspondiente autopsia después de que varios policías realizaran una minuciosa inspección en el parque en busca de huellas, pisadas y otras pruebas.
Los vecinos de la zona y vendedores del Mercado del Cabanyal se enteraron del crimen nada más amanecer cuando vieron a los policías y al retén fúnebre. Varios de ellos se preguntaban quién era la víctima, ya que tres indigentes suelen dormir en los bancos del parque: un lituano, un ruso y un alemán. Pero el hombre acuchillado no era ninguno de ellos. La Policía Científica identificó poco después a Felipe G. por sus huellas. Su carro y enseres permanecían hoy en un rincón a la altura del número 101 de la avenida de Blasco Ibáñez. Los vecinos de esa finca habían echado en falta al indigente. A las ocho de la mañana, Felipe no estaba en el lugar donde dormía y se resguardaba del frío y eso no era normal. Tampoco había ido al bar de la Plaza de los Ángeles, donde cada mañana tomaba un café largo.
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Los peores presagios se confirmaban cuando, una vez identificado el cadáver, la policía llamó a Paco, el hermano de la víctima, para comunicarle la triste noticia. «De cinco hermanos solo quedamos dos. Los otros tres ya no están. Estoy intentando localizar a su hijo, pero no sé bien dónde vive», afirmó Paco.
La víctima trabajó en el puerto como soldador y malvivía en la calle desde hace 10 años. Dormía en cajeros, obras y esquinas del Cabanyal. Algunas veces acudía al parque de la calle Martí Grajales, donde fue encontrado muerto. La policía sospecha que Felipe podría haber sido apuñalado por otro indigentes tras una discusión de madrugada por un asunto banal.
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