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A. TALAVERA/M. GARCÍA
ALZIRA.
Jueves, 16 de noviembre 2017, 00:06
El presunto autor de la muerte de su hija de dos años en Alzira el pasado domingo ingresó ayer en prisión, provisional, comunicada y sin fianza. La jueza le imputó un delito de asesinato y le impuso una orden de alejamiento y la prohibición de comunicarse con su mujer, la madre de la niña.
Apenas estuvo 15 minutos frente a la jueza y no realizó ninguna manifestación debido a su «situación psíquica», explicaron sus abogados, quienes añadieron que estaba «destrozado», «llorando sin parar» y «arrepentido» por lo que presuntamente hizo el domingo.
Carlos Catena y Antonio Llácer, los letrados que defienden al acusado, afirmaron que el hombre «estaba en pésimas condiciones para declarar» y destacaron que desconocían que el hombre hubiera reconocido su culpabilidad en alguna declaración oficial desde que fue detenido.
Tras ingresar ayer en la prisión de Picassent está previsto que pasen varios meses hasta que se inicie la causa con un jurado popular.
La madre de la niña asesinada vivió tal vez el día más duro de su vida. A primera hora de la mañana estuvo en el juzgado, donde coincidió con su aún marido, aunque en ningún momento se vieron. Aunque se barajó la posibilidad de que pudiera declarar ayer mismo, se decidió que no era la jornada más adecuada y la mujer salió en un vehículo cedido por parte del Ayuntamiento de Alzira, quien también se hizo cargo de los gastos del entierro.
Precisamente el sepelio se celebró en el tanatorio de la ciudad y constó de una ceremonia íntima mediante el rito ortodoxo, religión que procesa esta familia rumana.
El duro trance de despedir a su hija, provocó que durante la ceremonia la madre se desmayara. Una situación que ya vivió esta joven el día anterior al ver el cuerpo sin vida de su hija, por lo que tuvo que ser atendida por un médico al sufrir una crisis de ansiedad.
«Victorita está siendo apoyada en todo momento por sus hermanas y cuenta con dos psicólogas del Ayuntamiento para ayudarla en estos momentos tan difíciles. Desde el Ayuntamiento estamos brindando toda la ayuda posible a esta familia también en contacto con la Vicepresidencia de la Generalitat», ha explicado el alcalde, Diego Gómez, quien ha reconocido la conmoción que supone para todos.
La Generalitat calificó lo ocurrido en Alzira como «violencia machista» y expresó su repulsa por lo ocurrido. Al mediodía de hoy habrá tres minutos de silencio en señal de condena por el crimen.
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