Un hombre mata a su madre en Turís y confiesa el crimen en un bar a un policía local

Un hombre de 60 años con diagnóstico de trastorno mental mató a su madre, una anciana de 84 años de edad, en su domicilio en la localidad valenciana de Turís, y confesó el crimen horas después en un bar al jefe de la Policía Local. La muerte violenta tuvo lugar en la noche del domingo al lunes en circunstancias que investiga la Guardia Civil.

Tras recibir el aviso del crimen sobre las 12:45 horas de este lunes, una patrulla de la Guardia Civil acudió con urgencia al lugar, concretamente a la calle Portal de Turís, y se hizo cargo de las primeras investigaciones.

El parricida se entregó este mediodía al jefe de la Policía Local cuando este último lo localizó dentro de un bar del pueblo. El mando policial no sabía en ese momento lo que había ocurrido, y el hombre le dijo que había matado a su madre.

Según informaron fuentes policiales, el autor del crimen padece una enfermedad mental y utilizó una navaja para acabar con la vida de su madre. Cuando el jefe de la Policía Local entró en el bar, el homicida estaba tomando un café y no ofreció resistencia en el momento de su detención.

Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, un familiar de la víctima dio la voz de alarma desde Valencia después de que no pudiera contactar por teléfono con la anciana. Esta persona pidió a la Policía Local de Turís que acudiera a la vivienda familiar, que se encuentra situada en la calle Portal, porque sospechaba que podría haber ocurrido algo grave.

Y por este motivo, el jefe de la Policía Local se desplazó hasta la casa de Vicenta Estellés Vázquez, la mujer fallecida, y llamó a la puerta, pero no le abrió nadie. Luego acudió a un bar del pueblo para buscar a Rubén, el hijo de la anciana, y preguntarle si su madre estaba bien.

Tras localizarlo dentro del establecimiento, el mando policial habló con el enfermo mental, quien confesó el crimen, y avisó de inmediato a la Guardia Civil, cuerpo que se hizo cargo de las investigaciones. También le intervino la navaja que llevaba en un bolsillo.

El crimen ha causado una gran conmoción en el pueblo. Los vecinos conocían los problemas de salud mental de Germán, y también escuchaban los gritos y discusiones entre madre e hijo casi a diario, aunque no creían que las disputas familiares pudieran desencadenar una muerte violenta. El parricida había dejado de tomar la medicación que le recetaron por su enfermedad mental.

Un equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil se hizo cargo del caso y realizó una minuciosa inspección en la escena del crimen. Poco después, el juez de guardia ordenó el trasladado del cadáver al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia. Tras ser informado del grave suceso, el alcalde de Turís lamentó "la luctuosa muerte" de Vicenta Estellés. El Ayuntamiento anunció poco después que decretará tres días de luto oficial en la localidad.

Delirios transitorios, alteraciones afectivas y de conducta, alucinaciones, manías persecutorias o brotes de esquizofrenia acaban muchas veces en tragedia. Los diagnósticos de los forenses se repiten en la mayoría de los juicios a parricidas que apuñalaron, estrangularon o golpearon hasta la muerte a un ser querido. Desde el año 2000, más de 50 personas han perdido la vida a manos de sus hijos en la Comunitat Valenciana.

Cada crimen tiene un detonante o unas circunstancias que investigan la Policía Nacional o la Guardia Civil, pero se repiten patrones de comportamiento violento, tal vez, por un efecto imitación o por otras razones que tratan de determinar los expertos en psicología clínica.

El cuchillo es el arma utilizada con mayor frecuencia por los parricidas, aunque también estrangulan, golpean o disparan. Tras un arrebato, los homicidas se valen de lo que tiene más a mano, y lo más fácil de conseguir un cuchillo en la cocina.

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