Mata a su padre a cuchilladas en Aldaia y se entrega a la Policía con las manos ensangrentadas

Un hombre de 49 años de edad, José Carlos T. H., ha matado a cuchilladas a su padre en la localidad de Aldaia y luego ha acudido con las manos ensangrentadas al retén de la Policía Local para confesar el crimen. Los trágicos hechos han ocurrido sobre la una de la madrugada en el domicilio familiar en la calle de la Saleta.

Tras recibir el aviso del suceso, dos agentes de la Policía Nacional se han desplazado con urgencia a la vivienda y han hallado el cadáver de Manuel T. C. con heridas de arma blanca. El cuerpo del hombre de 76 años yacía sobre una cama. La esposa de la víctima y madre del parricida se encontraba también en la casa, por lo que los policías han avisado a un familiar de la mujer para que se hiciera cargo de ella.

Mientras la Policía Nacional avisaba al juez de guardia y se hacía cargo de las primeras investigaciones, los policías locales trasladaban a José Carlos T. al centro de salud para que recibiera atención médica. El hombre acudió al retén policial con una sábana enrollada en una de sus manos ensangrentadas. El domicilio de la víctima se encuentra a unos 200 metros del Ayuntamiento de Aldaia, por lo que el parricida ha tardado muy pocos minutos en entregarse a la Policía Local.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación. Los agentes han encontrado el arma homicida en el domicilio. El presunto parricida padece una enfermedad mental y fue trasladado al Hospital General, donde se encuentra ingresado con vigilancia policial.

Cuando llegó al Ayuntamiento de Aldaia, José Carlos T. dijo dos veces que había matado a su padre. Esas fueron sus únicas palabras. El agente que se encontraba en el retén avisó a la Policía Nacional y a la patrulla de la Policía Local que estaba patrullando por la población.

Mientras unos agentes se dirigían al domicilio del enfermo mental para comprobar si era cierto que había matado a su padre, el parricida era atendido por el médico del centro de salud de Aldaia, y poco después, ingresó en la Unidad de Salud Mental del Hospital General de Valencia.

Tras ser informado de los trágicos hechos, otro hijo de la víctima ha acudido al domicilio de sus padres y ha colaborado con los policías en las primeras indagaciones que han realizado para esclarecer el móvil del crimen. El hombre ha explicado a los agentes que su hermano padece esquizofrenia y que tomaba medicación.

Un portavoz de la familia de la víctima, que ha quedado sumida en una profunda tristeza, ha manifestado a LAS PROVINCIAS que la muerte de Manuel T. a manos de su hijo ha sido un suceso "inesperado", porque el parricida no había agredido nunca a su padre. "Estamos destrozados y pedimos a los medios de comunicación que respeten la intimidad de la familia en unos momentos tan complicados para nosotros", ha afirmado el hijo de la víctima.

Varios comerciantes y vecinos que conocen a José Carlos y su padre han recibido también la noticia con sorpresa e incredulidad, ya que el homicida no había protagonizado incidentes violentos en su entorno familiar.

Según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, los agentes detuvieron al hombre por un delito de homicidio poco después de encontrar el cadáver en la vivienda. Un equipo de Policía Científica se desplazó a la escena del crimen y realizó una minuciosa inspección.

Los especialistas tomaron fotos del cuerpo ensangrentado, el cuchillo de cocina y la habitación donde la víctima fue apuñalada por su hijo. También recogieron huellas y muestras de sangre que incriminan al detenido. Cuando la Policía Nacional terminó la inspección en la vivienda, el retén fúnebre trasladó el cadáver al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia.

Según los vecinos, el parricida sufría brotes psicóticos pero no había protagonizado incidentes violentos. El crimen ha causado una gran conmoción en Aldaia, ya que es la segunda persona que muere a manos de su hijo en pocos días. El pasado 22 de octubre, otro enfermo mental degolló a su madre en la casa donde ambos vivían en la calle Juan XXIII del barrio del Cristo, luego llamó al 112 para confesar el crimen y esperó en la calle a la Policía.

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