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Javier Martínez y Belén Hernández
Valencia
Martes, 21 de mayo 2024
Un joven de 29 años, José Y. G., mató a cuchilladas a su tío, de 64 años de edad, en plena calle en la ciudad de Valencia tras una discusión por un asunto relacionado con la herencia familiar. Un policía local detuvo poco después al homicida con la ayuda de varios vecinos, que persiguieron al agresor a pesar de que llevaba un hacha en una de sus manos ensangrentadas.
Los violentos hechos ocurrieron sobre las cinco de la tarde de este martes junto a la Finca Roja. El homicida y la víctima tenían previsto entrar en un despacho de abogados para firmar un documento de cesión de bienes. El joven y su tío habían discutido el día anterior, al parecer, porque el primero no estaba de acuerdo con el reparto de la herencia.
A pesar de las discrepancias, el hombre de 64 años y su sobrino habían quedado este martes por la tarde para solventar el asunto en una segunda reunión con el letrado. El joven acudió a la cita con un hacha y un cuchillo, armas que llevaba ocultas dentro de una mochila, y sacó una de ellas en la calle de forma sorpresiva para asestar cinco o seis puñaladas a la víctima, según un testigo.
Tras recibir el aviso del violento suceso, varias patrullas de la Policía Local y Policía Nacional acudieron con urgencia al cruce de las calles Marvá y Albacete. Según los vecinos, un joven acababa de atacar con un cuchillo a un hombre en la acera tras una discusión y luego había salido corriendo. En ese momento todavía no sabían que la víctima y agresor eran tío y sobrino, respectivamente. «¡Ha matado a una persona!», gritó un vecino mientras perseguía al agresor.
El homicida fue detenido poco después en la calle Maluquer, muy cerca de la escena del crimen, por un oficial de la Policía Local de la Tercera Unidad (retén de Patraix) de Valencia. El agente iba solo en el coche patrulla y tardó muy pocos minutos en llegar al lugar.
Un grupo de vecinos, entre los que se encontraba un profesor de un colegio cercano, perseguía al agresor cuando el policía local se cruzó con ellos en la calle Marvá. «¡Es un asesino!», gritó un hombre.
Cuando el policía bajó del coche patrulla, el joven llevaba una mochila en la parte delantera de su cuerpo y un hacha en una de sus manos. El individuo llevaba la ropa ensangrentada y caminaba de forma apresurada en un intento de dejar atrás al grupo de personas que le seguían de cerca.
El agente le gritó que soltara el arma, levantara las manos y se tirara al suelo, y el homicida le hizo caso. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que el policía controló la situación y detuvo al agresor, que no ofreció resistencia, con la ayuda de los vecinos.
Antes de tirarse al suelo, el violento individuo metió el hacha en la mochila y la dejó en medio de la calzada junto a una chaqueta azul que también llevaba en sus brazos. Un vecino de la calle Maluquer fotografió la detención desde su casa tras escuchar los gritos y asomarse por una ventana.
Poco después, los agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hicieron cargo del detenido y de las investigaciones. Cuando registraron la mochila en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, los investigadores hallaron un hacha tipo tomahawk (un arma de guerra originaria de América) y una funda de un cuchillo, entre otros objetos.
Sobre las seis y media de la tarde, la comisión del Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia procedió al levantamiento del cadáver ante la expectación de un grupo numeroso de vecinos. Un reguero de sangre de la víctima indicaba el lugar donde se registró el brutal apuñalamiento, concretamente en la acera de la calle Albacete. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la correspondiente autopsia.
Los agentes del Grupo de Homicidios que asumieron la investigación tomaron declaración a un testigo del apuñalamiento y al abogado que tenía previsto reunirse con la víctima y su sobrino. Un equipo de Policía Científica realizó una minuciosa inspección en la escena del crimen, antes del levantamiento del cadáver, y tomó también fotografías del cuerpo ensangrentado.
La colaboración del grupo de vecinos que persiguió al homicida posibilitó su rápida detención. Según los testigos, varios hombres llegaron a rodear al agresor, pero no lo retuvieron porque este esgrimió el hacha.
El suceso causó un gran revuelo en la zona al coincidir con la salida de los alumnos de un colegio. Los padres de los niños dieron un rodeo con sus hijos para que no vieran la sangrienta escena. Una empleada de una tienda de la calle Albacete relata el horror que presenciaron: «Hemos oído gritos y luego hemos visto a la víctima con el cuchillo clavado en el costado».
Una enfermera que se encontraba por la zona intentó reanimar a la víctima, pero ya se encontraba en parada cardiorrespiratoria. La sanitaria y un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), que se desplazó con urgencia al lugar, no pudieron recuperar las constantes vitales de la víctima. Según informaron fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), el médico «solo pudo confirmar el fallecimiento del hombre de 64 años».
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