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JAVIER MARTÍNEZ
Martes, 25 de febrero 2020, 00:44
El presunto homicida de Marta Calvo utilizaba un móvil BQ con un programa que encriptaba las llamadas, un sistema de cifrado que no ha impedido a la Guardia Civil conocer la ubicación del narcotraficante cuando se deshizo del cadáver. Los investigadores están elaborando un informe pericial con los datos de geolocalización del teléfono para reconstruir con más precisión los movimientos que realizó el detenido la noche del crimen y el día posterior.
La infructuosa búsqueda del cadáver y la falta de un resultado positivo en los análisis realizados en el laboratorio del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, donde no pudieron obtener ADN de ninguna de las ocho muestras recogidas en la casa de Manuel y dos contenedores, han acrecentado las dudas de los investigadores sobre el lugar donde Jorge Ignacio P. J. asegura que descuartizó el cuerpo.
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Como consecuencia de estos recelos, los expertos en telecomunicaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil realizarán incluso mediciones de cobertura de las antenas en los términos de Manuel, Alzira, Llosa de Ranes, l'Olleria y Silla para reconstruir el itinerario que realizó el narcotraficante cuando trasladó las bolsas con los restos humanos en el maletero de su Volkswagen Passat.
La Guardia Civil no descarta que Jorge Ignacio descuartizara el cadáver en otro lugar o que lo ocultara para entorpecer la investigación, y por este motivo habría dejado transcurrir varias semanas antes de entregarse en el cuartel de Carcaixent, porque era consciente de que dificultaba el hallazgo del cuerpo. De esta forma, el presunto homicida favorece su situación procesal al impedir una autopsia que determinaría una posible muerte violenta de Marta, según las conclusiones de los investigadores.
Sin embargo, la existencia de otras pruebas que refuerzan la confesión de Jorge Ignacio, como los posicionamientos de su móvil y dos grabaciones de sendas cámaras de vídeo, obligan a la Guardia a continuar la búsqueda del cuerpo en el vertedero de Dos Aguas con el enorme esfuerzo económico que conlleva este operativo.
Tras entregarse en el cuartel de Carcaixent, el detenido declaró que había descuartizado el cadáver después de que la joven falleciera de forma accidental por una sobredosis de cocaína, pero los investigadores consideran inverosímil este relato y creen que el individuo provocó la muerte de Marta con dolo al introducirle droga en su cavidad vaginal sin su consentimiento. También manifestó que se deshizo de sus tres teléfonos móviles en diferentes calles de Valencia el primer día de su huida, el 11 de noviembre, para que la Guardia Civil no pudiera seguir su rastro.
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