Incendio en el buque 'Tenacia': «Ha sido lo más duro que he vivido»

Es un hombre robusto. Mide dos metros. Su voz es áspera. Aun así, se empequeñece al recordar el infierno que ha pasado a bordo del barco 'Tenacia' de GNV. «Lo primero que he pensado cuando ha comenzado todo es en mi familia y en mi niño», dice con tono tembloroso. Sigue compungido. Pensó que iba a morir, como muchos de los pasajeros.

Después de desalojarlos del buque accidentado, a Santiago y a otros 224 pasajeros los han trasladado al MSC 'Arica'. A otros 127 afectados los llevaron al 'Bridge'. «Nos metieron en un portacontenedores. La gente estaba vomitando. Había muchas familias... Incluso un bebé», cuenta. Sin duda, para ellos el momento más crítico fue cuando tuvieron que desalojar el 'Tenacia' y montarse en lanchas que les llevarían a los barcos que acudían a su rescate. «Muchas personas han entrado en pánico», desvela.

«No tengo ninguna queja de cómo ha actuado la tripulación. Se han jugado la vida por salvarnos», dice sin miedo. Ya son más de las 12 de la noche. El hombre, exhausto, se sienta en el coche a esperar a que llegue su compañero que también iba a bordo del barco para irse juntos a casa.

Muchos pasajeros han optado por recurrir a los autobuses habilitados para trasladarse al llegar al puerto de Valencia. A aquellos que no tenían alojamiento en la ciudad los han llevado a hoteles. Los familiares de algunos pasajeros han estado horas en el parking del puerto. Mirando constantemente al reloj. Girándose cada dos minutos a mirar a la barrera de la Policía Portuaria por si vieran a sus seres queridos.

Casi es la 1 de la mañana. Entonces llega Marina. La joven baja de la furgoneta que la ha acercado al lugar en el que estaba su familia en un mar de lágrimas. Se dan uno de esos abrazos eternos mientras ella masculla: «Ha sido horrible».

«La última tripulación se ha portado muy bien con nosotros pero los de la primera, fatal. Cuatro chicos han ido a hablar con el capitán por la fuerza para decirle que nos dejaran desalojar el 'Tenacia' y nos llevaran a otro barco», confiesa la chica. Iba de vacaciones, pero para ella se han truncado antes de empezar. Temblorosa se sube al coche en el que han venido a recogerla. «No puedo hablar más», dice entre lágrimas.