Un gran incendio industrial destruye una panificadora que abastece a Mercadona

Un enorme incendio industrial con llamas de varios metros de altura arrasó ayer la mayor parte de Forvasa, una de las principales panificadoras de Mercadona en la que se elaboran tanto los panes como productos de bollería de la cadena de supermercados. Expertos de Policía Científica de la Guardia Civil analizarán las causas una vez concluya la extinción. De momento se presumen accidentales, según fuentes de la compañía.La fábrica siniestrada cuenta con 540 trabajadores y su directora, Ariana González, aseguró ayer que la empresa «garantiza la continuidad de los puestos» a través de una reorganización. La voluntad es reubicarlos «en otras empresas del grupo», expuso.

El fuego comenzó sobre las once y media de la noche del miércoles, en la empresa Forns Valencians SAU (Forvasa), con sede en el Polígono Industrial Campo Aníbal de Puçol. Según explicó el Consorcio de Bomberos de Valencia, se inició en la zona de los hornos, situada al sur. Las llamas avanzaron vertiginosamente hasta extenderse por el resto de la nave. En ese momento, unos 80 empleados del turno de trabajo de noche se encontraban en plena actividad productiva.

Plan de evacuaciónTodos ellos fueron evacuados al activarse el plan interno de emergencia por incendio. Colaboraron agentes de la Policía Local y la Guardia Civil. Según los bomberos, pese a la magnitud del fuego y la elevada toxicidad de la humareda no hubo que lamentar víctimas. El consorcio organizó un enorme dispositivo, con el envío a la zona de 40 efectivos procedentes de casi todos los parques de la provincia: Sagunto, Moncada, la Pobla de Farnals, Paterna, Burjassot, Catarroja y Silla. Su estrategia consistió en asegurar tres puntos esenciales. Por un lado, refrescaron un área que alberga gran cantidad de amoniaco, pues en contacto con el fuego puede producir un vapor muy tóxico. También lograron salvar las oficinas centrales y una pequeña zona de almacén.

La estimación de los bomberos es que el incendio ha destruido un 80% de la panificadora, con una extensión de 30.000 metros cuadrados. Se quemó maquinaria industrial, materiales de producción y buena parte de la estructura. Además, la cubierta de la nave se vino abajo en la zona central por las elevadas temperaturas que se alcanzaron. No hubo que activar medidas preventivas para la población porque la humareda no llegó a viviendas de l'Horta Nord. Eso sí, se fijó un amplio perímetro de seguridad y algunos empleados de empresas próximas no pudieron acceder. Trabajadores como Salva Canós, de una nave vecina se dio de bruces con el siniestro al llegar a su empresa. «Había humo por todas partes», muchísimo. Y un montón de bomberos que llevaban toda la noche trabajando». Al cierre de esta edición, una veintena de bomberos seguía trabajando en el lugar. Calculan que la extinción definitiva no se producirá hasta de aquí unos días.