El ingeniero de la feria de Mislata en la que murieron dos niñas no revisó ninguna atracción

El ingeniero técnico que libró el certificado de inspección del castillo hinchable que causó la muerte de dos niñas no examinó la atracción ni acudió al recinto ferial el día que fechó y firmó el documento, según las investigaciones policiales. 

Un informe del Grupo de Homicidios y Desaparecidos de la Policía Nacional de Valencia constata que el ingeniero podría haber mentido en su declaración, ya que los posicionamientos de su teléfono móvil lo sitúan en Elche, ciudad donde tiene su despacho, el día que él asegura que se desplazó a Mislata para inspeccionar el recinto ferial y expedir los documentos necesarios para su apertura.

Ante la posibilidad de que se hubiera equivocado de fecha, los investigadores también han revisado las llamadas y posicionamientos de su teléfono móvil en los días anteriores y posteriores, concretamente entre las 8:00 horas del 2 de enero y las 23:59 horas del 9 de enero, para precisar la fecha de su desplazamiento a Mislata.

Según el informe policial, el ingeniero técnico industrial no viajó a Valencia hasta el 7 de enero 2022, tres días después del fatídico accidente, cuando los investigadores le tomaron declaración en la Jefatura Superior de Policía de Valencia.

Los datos facilitados por la compañía Telefónica Móviles España han sido fundamentales para determinar la ubicación exacta del ingeniero. Tras rastrear los posicionamientos de su teléfono móvil, los agentes del Grupo de Homicidios y Desaparecidos han podido constatar que el ingeniero técnico estuvo en Elche el 2 de enero de 2022, el día que declaró que había inspeccionado las 24 atracciones de la Feria de Navidad de Mislata,

Además, el certificado de supervisión y dirección de montaje que expidió el ingeniero no iba acompañado de fotografías que pudieran acreditar la inspección de los elementos de seguridad. Tras no examinar la atracción, la elección de los puntos de anclaje en árboles y otros elementos del mobiliario urbano «quedaron al libre albedrío» del propietario del castillo hinchable, quien «no tiene conocimientos técnicos para asegurar que pudieran resistir la fuerza del viento», según el informe policial.

Con el método utilizado por el ingeniero para expedir certificados sin registro fotográfico, «consigue que en todo momento la atracción se monte de acuerdo a las directrices del fabricante, eludiendo cualquier parte de responsabilidad si por parte del feriante no se llevara a cabo lo reflejado», señala el informe del Grupo de Homicidios.

Como ya informó LAS PROVINCIAS, el ingeniero dio su visto bueno a la instalación que se encontraba amarrada sólo sobre seis puntos fijos en todo el perímetro de la estructura: farolas, bancos, árboles... Estimó que tenía una fuerza suficiente como para soportar una fuerza 5 de viento.

El ingeniero técnico industrial también refirió a la Policía que eran seis los puntos de anclaje que recomendaba el fabricante del hinchable, lo que entra en contradicción con lo declarado por éste último: rotundamente cifró en 32 (cinco veces más) los anclajes necesarios para una correcta resistencia al viento y sujeción.

Cuando declaró ante la Policía el pasado 7 de enero, el ingeniero aseveró que los seis anclajes de cuerdas y cinchas «eran los adecuados», pero no recordaba concretamente a qué mobiliario urbano estaban amarrados porque, según dijo a los investigadores, inspeccionó otros dos hinchables más en el recinto ferial.

Sin embargo, el informe policial afirma textualmente que el ingeniero «en ningún momento estuvo en la localidad de Mislata para realizar su trabajo de inspeccionar y certificar que todas las atracciones de la feria estaban en perfectas condiciones para su uso y disfrute».

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