![Intensifican la vigilancia en las pedanías de Valencia y l'Horta Nord tras la oleada de atracos a ancianos](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/05/02/Punta-8-RKTf17Z2TSwZszVof60DThM-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Javier Martínez
Valencia
Jueves, 2 de mayo 2024, 15:31
La Guardia Civil y la Policía Nacional han intensificado la vigilancia en el área metropolitana de Valencia, con el apoyo de policías locales de la ciudad y de varios municipios de la comarca de l'Horta, para tratar de evitar los atracos a ancianos que cometen por las noches tres individuos encapuchados. La detención de esta banda de ladrones es ahora mismo el principal objetivo de los mandos policiales en la provincia de Valencia.
Como ya informó LAS PROVINCIAS, el último asalto tuvo lugar en la madrugada de este miércoles en Alboraya en una casa de campo situada a escasos metros del restaurante Vent de Nit. Tres individuos, como en la mayoría de los robos que la Guardia Civil atribuye a la banda, perpetraron el atraco tras atar a la única moradora: una viuda de 80 años.
Uno de los ladrones entró en la vivienda tras escalar por la fachada y forzar una ventana de madera en la segunda planta. Una vez dentro, el delincuente abrió la puerta para que entraran los otros dos hombres. La víctima, que se había quedado dormida en el sofá mientras veía la televisión, fue atada de pies y manos con prendas de ropa que los asaltantes cogieron en la casa. También la amordazaron con el pantalón de un pijama. Luego registraron todas las habitaciones en busca de joyas y dinero.
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Tras conseguir un exiguo botín, los ladrones huyeron sin desatar a la anciana, lo que supuso un riesgo de infarto y muerte por asfixia, según los sanitarios que la atendieron horas después. La víctima permaneció atada al sofá toda la noche y varias horas de la mañana hasta que llegó su sobrina, que la cuida y le compra todo lo que necesita. La Guardia Civil sospecha que los delincuentes vigilaron a la anciana días antes de cometer el asalto, y quizás por eso sabían que vivía sola.
La víctima reside en una casa de dos plantas, muy cerca del restaurante Vent de Nit y de varias empresas del polígono, con entrada por la carretera que une el casco urbano de Alboraya con la playa. La vivienda tiene luces con sensores de movimiento, aunque este dispositivo de seguridad no supuso ningún impedimento para los ladrones.
La anciana no pudo ver las caras de sus asaltantes, que llevaban bragas en el cuello y gorras, pero manifestó que tenían acento de Europa del Este cuando su sobrina le preguntó si recordaba algún dato que pudiera tener interés policial.
Hace una semana, unos ladrones entraron en otra casa de campo cercana tras saltar el muro de un corral, pero la puerta del domicilio estaba atrancada por dentro con maderos. Esta medida de seguridad evitó un nuevo asalto, al parecer, de la banda que atraca a ancianos. El único morador de la alquería descubrió al día siguiente que alguien había intentado robar en la casa mientras él dormía.
Los vecinos de esta zona de huertos y casas diseminadas están muy preocupados por la violencia que emplean los ladrones. Algunos de ellos han reforzado las medidas de seguridad con sistemas de alarma, otros han colocado rejas en todas las ventanas, y un agricultor, al menos, duerme con la escopeta de caza bajo su cama. "Tengo derecho a defenderme si unos encapuchados asaltan mi casa. La cosa se está poniendo muy mal", afirma el vecino con el ceño fruncido.
Según las investigaciones policiales, todo parece indicar que la vecina de Alboraya fue asaltada por la banda que atraca a ancianos en las pedanías de Valencia y otros municipios de la provincia. Tras la oleada de robos en La Punta, Pinedo y Castellar, la Policía Local y la Policía Nacional aumentaron los controles en la zona en las últimas semanas, lo que habría llevado a los ladrones a elegir otras localidades para cometer los atracos con el mismo método.
En los robos que la Guardia Civil y la Policía Nacional atribuyen a la banda, las víctimas son personas mayores y fueron despertadas a golpes por tres o cuatro ladrones encapuchados. Visten ropa oscura, trepan por las fachadas con facilidad, fuerzan ventanas o se cuelan en las casas por los tejados.
Roban dinero, joyas y hasta una dentadura con una pieza de oro, como hicieron en uno de los primeros robos que cometieron en una vivienda de Castellar. Luego escapan campo a través, saltan acequias y corren por caminos hasta que desaparecen en la oscuridad de la noche. Los investigadores atribuyen a la misma banda una veintena de robos en lo que llevamos de año en Valencia, Valencia, Alboraya, Petrés, Benimuslem, Corbera, Llaurí y Sollana.
En los operativos de vigilancia para prevenir los atracos participan agentes de las unidades de seguridad ciudadana (USECIC) y de la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS) de la Comandancia de la Guardia Civil de Valencia, así como patrullas de los cuarteles de Paiporta, Alfafar, Sagunto, Moncada y Massamagrell. También está en alerta la Unidad de Helicópteros de Valencia (UHEL 31) de la Guardia Civil para apoyar desde el aire en cualquier operativo o persecución si fuera necesario.
Algunos ancianos se han trasladado a vivir a casas de familiares y otros contemplan la posibilidad de vender sus viviendas. En la puerta de la casa de Paquita, la víctima del último asalto de Alboraya, una inmobiliaria dejó este jueves una nota manuscrita con su teléfono y las siguientes palabras: "Compro casa en el pueblo. Preferible con patio. No importa el estado".
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