Investigado por fotografiar con su teléfono a jóvenes en el baño de una discoteca de Puerto de Sagunto

La Policía Nacional ha abierto una investigación para aclarar el alcance de un posible delito contra la intimidad del que podrían haber sido víctimas varias jóvenes en una discoteca de Puerto de Sagunto, según ha podido saber este diario de fuentes próximas al caso. Las pesquisas policiales se iniciaron tras descubrir en el teléfono móvil del sospechoso algunas imágenes íntimas tomadas a lo largo de varios días en el cuarto de baño de mujeres en el local de ocio.

Los hechos se produjeron durante la madrugada del pasado domingo 14 de enero. Por razones que no han trascendido, el posible autor de estos hechos fue descubierto por otros jóvenes clientes de la discoteca, que se enfrentaron a él por su deleznable conducta contra la intimidad sexual.

Ante la acalorada discusión que se había formado en la zona de los baños, un vigilante y un auxiliar del local acudieron para poner orden y aclarar qué estaba sucediendo. Fue entonces cuando un joven les dijo que otro había estado grabando o tomando fotos de una chica en el cuarto de baño de mujeres.

El personal de seguridad hasta tuvo que separar a los implicados en la disputa y evitaron que agredieran al sospechoso. Pero tras protegerle, como es lógico, le pidieron explicaciones sobre las graves acusaciones que estaba recibiendo.

Según las mismas fuentes, en ese instante admitió los hechos, desbloqueó su teléfono móvil y mostró a los empleados de la discoteca unas fotografías fechadas en esa misma madrugada de una mujer sentada en el baño. Pero el asunto no quedó ahí. Al ver la galería de imágenes, el vigilante observó fugazmente más fotos de partes íntimas de posibles víctimas y que, aparentemente, habían sido tomadas en días anteriores por el mismo individuo.

Tras este descubrimiento, los empleados del local decidieron retener al sospechoso y denunciar los hechos ante la Policía Nacional de Sagunto. En ese momento, el hombre se resistió e intentó abandonar la discoteca, por lo que el vigilante de seguridad optó por engrilletarlo para que no se marchara. A continuación, compareció en la comisaría de Sagunto de la Policía Nacional para dar cuenta de lo sucedido.

En estos casos, que ya se han repetido tanto en locales de ocio como en espacios privados, las investigaciones pasan por dos fases. En primer lugar, la Policía realiza un análisis del teléfono móvil y después intenta localizar a las jóvenes que aparecen en las imágenes (en los casos en los que sea posible) para ofrecerles la posibilidad de denunciar y personarse judicialmente contra el sospechoso.

El artículo 197 del Código Penal lo deja muy claro. Prevé penas de hasta cuatro años de prisión para aquel que, para descubrir secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, «utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen o de cualquier otra señal de comunicación». Además, la pena se aplicará en su mitad superior si los documentos en cuestión «afectan a datos de carácter personal que revelen la ideología, religión, creencias, salud, origen racial o vida sexual».

Uno de los casos más graves de espionaje sexual con teléfono móvil conocidos en la Comunitat se produjo en el Hospital Clínico de Valencia. El protagonista fue un cardiólogo que colocó un dispositivo oculto para intentar captar escenas íntimas de una compañera enfermera. Ella lo descubrió y denunció los hechos.

Y ha habido más casos parecidos, como el de una joven turista que encontró un teléfono móvil escondido en el cuarto de baño de un piso de alquiler por días, en Valencia. También se encontró con el dispositivo y lo denunció a la Policía Nacional para que investigara al propietario.

• Temas
• Delitos Sexuales
• Valencia (Provincia)