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Dos de las víctimas vivían en el casco viejo de Bilbao. LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Investigan si el asesino en serie de Bilbao drogó y robó a más víctimas en la Comunitat Valenciana

La Policía revisa varios casos de muertes similares y sigue la pista de un sospechoso que intentó estrangular a un hombre

AINHOA DE LAS HERAS/JAVIER MARTÍNEZ

Jueves, 5 de mayo 2022, 01:00

La Ertzaintza y la Policía Nacional barajan como una hipótesis probable que, además de las cuatro muertes de hombres que habían contactado con un presunto asesino en serie en Bilbao por redes de citas entre homosexuales ... , haya otros fallecimientos y robos en la Comunitat Valenciana y otras regiones de España que podrían estar relacionados.

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Los investigadores se encuentran ahora frente al reto de identificar y detener al asesino tras seguir la pista de un sospechoso que tiene varios antecedentes policiales por estafas con tarjetas de crédito a parejas y exparejas. Este individuo ha sustraído varios miles de euros a sus víctimas en los últimos años, y ha dejado rastro de su paso en Madrid y la Comunitat Valenciana, por lo que las investigaciones se han extendido a las demarcaciones de otros cuerpos policiales.

La Policía Nacional está revisando casos similares de muertes o robos en domicilios en los que las víctimas fueron drogadas con éxtasis líquido, como sucedió en Bilbao, así como denuncias de varones homosexuales que fueron estafados en citas sexuales concertadas a través de aplicaciones de móvil.

Los investigadores de la Ertzaintza tratan de determinar cómo murieron las cuatro víctimas, cómo les desvalijaron sus cuentas bancarias y, sobre todo, quién está detrás de estos hechos. Su misión pasa por localizarle y poner fin a su escalada delincuencial cuyos límites, por ahora, se desconocen.

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Una mochila con documentos

El sospechoso se dejó una mochila con documentos y un recipiente que contenía presumiblemente éxtasis líquido en el domicilio de una de las víctimas, según ha podido saber el periódico El Correo. Este detalle ha resultado clave para destapar un caso con posibles ramificaciones todavía por determinar.

El individuo que busca la Policía contactaba con sus víctimas a través de una aplicación de citas, pero cometió un gran error en uno de sus encuentros, a mediados de diciembre de 2021 en el casco viejo de Bilbao. Para entonces, ya se habían registrado las cuatro muertes sospechosas, aunque todavía eran consideradas como súbitas, por lo que no se habían despertado aún las alarmas. Y ya había saqueado los ahorros de los fallecidos. Sin embargo, en ocasiones, la familia de un difunto no puede acceder a sus cuentas hasta que se cumplen unos trámites y pasa un tiempo.

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En ese contexto, un hombre con el que el sospechoso ya había mantenido relaciones en una ocasión anterior, volvió a quedar con él en su casa. Se habían conocido a través de una aplicación de contactos entre homosexuales. La Ertzaintza cree que esta persona se negó a tomar la supuesta sustancia paralizante que les daba a sus citas y que se ha localizado al menos en el cuerpo de uno de los fallecidos, el último, el del 18 de octubre de 2021.

Según relató el superviviente ante la Policía autonómica en su denuncia, mientras estaban ya tomando algo tranquilamente en el salón, este individuo primero le besó y después, sin mediar palabra, intentó estrangularle. Él se resistió y consiguió zafarse tras un forcejeo. La lucha se extendió por toda la casa. Ese estruendo, con movimiento de muebles y gritos de la víctima pidiendo ayuda -«¡socorro, me quieren matar!»-, traspasó las paredes de la vivienda y llegó a oídos del vecindario.

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Acorralado y sin salida, el agresor se vio obligado a huir de manera precipitada. Escapó tan rápido que olvidó allí una mochila con algunos enseres personales y un recipiente que podía contener la sustancia sedante (seguramente éxtasis líquido) que ofrecía a las víctimas.

Al percatarse de que había cometido un gran fallo olvidando sus pertenencias, el hombre envió a la víctima mensajes al teléfono pidiéndole perdón, aunque sin éxito. Por este caso, el titular del juzgado instructor de Bilbao dictó una orden de búsqueda y detención por un delito de lesiones contra el sospechoso, que hasta la fecha se encuentra en paradero desconocido. Por ahora, sólo ha trascendido que se trata de un joven de entre 20 y 30 años.

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Revisión de atestados

Según ha publicado el periódico El Correo, la Ertzaintza está revisando los atestados de los dos años anteriores al último homicidio, registrado en el casco viejo de Bilbao en octubre de 2021, cuando se sabe que el individuo se movía por la capital vizcaína. El sospechoso utilizó el nombre de Carlos para contactar, al menos, con una de sus víctimas.

Por el momento, sin embargo sólo se han judicializado cuatro muertes. Hasta la fecha, en una de ellas, la que dio origen a la investigación policial, una de las más complejas a las que se ha enfrentado la Policía autonómica, se han encontrado en el cadáver dosis de éxtasis líquido o GHB, que apuntan a un crimen por intoxicación.

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En los otros tres casos, considerados inicialmente como muertes naturales al no encontrarse signos de criminalidad, se ha procedido ya a descongelar las muestras de sangre recogidas durante las autopsias. Estas se congelan en una nevera a 80 grados bajo cero para ser utilizadas en ulteriores pruebas de paternidad o ADN, por ejemplo, si fuera necesario. Con estas muestras se va a realizar un cribado en busca de presencia de las conocidas como drogas de sumisión, entre ellas el éxtasis líquido.

Tras el primer crimen, las pesquisas realizadas por el Servicio de Investigación Territorial Criminal de Bizkaia (SICTB) destaparon inquietantes conexiones con otros tres fallecimientos registrados entre septiembre y octubre de ese mismo año. Todos eran hombres homosexuales, según sus familias, y habían utilizado aplicaciones de contactos entre gays. En algunos, además, se habían detectado movimientos en las cuentas bancarias o transferencias de dinero cuando el titular ya estaba muerto.

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Los agentes que han asumido la investigación en Bilbao tratan de dar respuesta a las familias de las cuatro víctimas que lloran la pérdida irreparable de sus seres queridos sin saber realmente qué les ocurrió.

Han pasado seis meses y medio desde que el pasado 18 de octubre de 2021 varios allegados localizaron el cuerpo sin vida de un hombre de 43 años en su domicilio del casco viejo bilbaíno. Los forenses del Instituto de Medicina Legal no encontraron en el cadáver signos de violencia y los análisis de tóxicos dieron negativo, por lo que fue considerada una muerte natural. No es raro que un individuo de mediana edad pueda sufrir una muerte súbita por una cardiopatía no detectada, por lo que tampoco entonces saltaron las alarmas.

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Días después, el 23 de octubre, sin embargo, un hermano de la víctima denunció ante la Ertzaintza que alguien había extraído distintas cantidades de dinero de la cuenta bancaria de su familiar después de la muerte, lo que apuntaba claramente a un robo. Fue entonces cuando se realizaron nuevas pruebas forenses que revelaron que podía tratarse de un homicidio por intoxicación de GHB. Los ertzainas averiguaron, además, que este hombre había quedado ese día en su domicilio con un individuo al que conoció a través de la web de citas Wapo.

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