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El jefe de Bomberos de Valencia, Enrique Chisbert, volvió a defender el protocolo de intervención que siguieron los servicios de emergencia en el trágico incendio de Campanar, pero este martes lo hizo ante el juez instructor, el fiscal y los abogados de las partes personadas.
Chisbert reconoció que la primera autoescalera que llevaron los bomberos no funcionaba, lo que retrasó la extinción del fuego el fatídico 22 de febrero de 2023 al no poder atacar las llamas en la fachada durante los primeros minutos de la intervención.
El foco del incendio estaba en un balcón de la octava planta, por lo que los bomberos pidieron con urgencia un segundo vehículo con escalera, que pudieron desplegar poco después, pero las llamas ya se habían propagado por la fachada debido al material inflamable de la misma. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo en los que intervino la primera dotación de bomberos del parque de Campanar, aunque de inmediato llegaron refuerzos con más autoescaleras.
El jefe de Bomberos de Valencia dio explicaciones también sobre el protocolo de confinamiento de las diez personas que fallecieron y el intento de rescate que a punto estuvo de cobrarse la vida de un bombero. Chisbert contestó las preguntas de los abogados y el fiscal durante más de dos horas. El interrogatorio tuvo lugar en la sala Tirant lo Blanch de la Ciudad de la Justicia de Valencia y finalizó minutos después de las 14 horas de este martes.
Aunque defendió el protocolo de confinamiento, el jefe de Bomberos matizó que se puede variar en algunas ocasiones y explicó que no pudieron rescatar a las diez víctimas que fallecieron, porque las escaleras del edificio colapsaron tras la rápida propagación del incendio.
El abogado Ignacio Grau, que representa a las familias de siete de las víctimas mortales, considera que el fallo del mecanismo de la escalera del camión fue clave, junto con los materiales inflamables de la fachada y las fuertes rachas de viento, en la propagación del fuego.
El letrado Manuel Mata destacó «el reconocimiento que hizo el jefe de Bomberos sobre las llamadas que recibió el 112 de víctimas que estaban atrapadas» en seis viviendas de los edificios destruidos por el fuego. «Hay que averiguar cuándo murieron. Mis representados fallecieron a las nueve de la noche, y desde las 17:44 horas ya estaban los bomberos en el edificio», explicó Mata.
«Hay que analizar si fue posible salvarles la vida, haberles evacuado en unas condiciones idóneas, y estamos al principio de la investigación. Esto va a ser largo y hay mucho trabajo por delante», añadió el letrado.
Si las escaleras que unían los dos edificios no hubieran colapsado, el jefe de Bomberos afirmó que podrían haber rescatado a las víctimas. Además, el edificio no tenía alarma antiincendios ni columna seca, un elemento que usan los bomberos en caso de incendio, según los abogados que representan a las víctimas.
Chisbert manifestó también que la experiencia adquirida en el incendio de Campanar obligará a las autoridades a cambiar la normativa de prevención, ya que los bomberos de Valencia no habían intervenido en ningún caso similar en el que las escaleras protegidas colapsaran tan pronto.
Miguel Ferrer, abogado que representa a la familia de la profesora de Secundaria que murió en el incendio, preguntó a Chisbert por qué tardaron tanto en ordenar la evacuación de las personas que estaban atrapadas por el humo y las llamas en el segundo edificio, el más lejano al foco del fuego.
En el incendio murieron 10 personas, tres de ellas menores de edad: dos hermanos de tres años y ocho días de vida y una adolescente de 14 años. Una hermana de la profesora acudió aproximadamente a las 18.30 horas al lugar, instante en que comunicó a un policía el lugar exacto donde residía la víctima.
La mujer había estado hablando por teléfono con su hermana momentos antes de llegar al edificio en llamas, por lo que la víctima se encontraba todavía con vida. Varios familiares pidieron a los policías y bomberos que rescataran a las personas que aún no habían salido de sus casas en el segundo edificio, ya que el fuego todavía no se había propagado a la torre más baja.
Tras el trágico balance de víctimas mortales, los familiares de las víctimas se preguntan: «¿En algún momento la información de los familiares fue trasladada a los responsables de los operativos de bomberos para actuaran en consecuencia? ¿Existió la coordinación adecuada?», cuestiona Ferrer. «De no haber existido dicha coordinación o haber sido negligente, ¿quién es el responsable?», añade el abogado penalista.
El jefe del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional prestó también declaración este martes y explicó que su cometido fue determinar si había un origen delictivo en el incendio, lo que descartaron tras una rápida investigación. El mando policial manifestó también que esclarecer las causas del fuego corresponde a los agentes de la Policía Científica, y aseguró que desconocía si habían investigado las circunstancias de la propagación de las llamas.
Tras el sobreseimiento provisional decretado el 8 de marzo y confirmado el 2 de abril por la primera instancia judicial, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ordenó reabrir la causa el pasado mes de junio. El juez instructor archivó inicialmente el procedimiento al descartar un origen delictivo en el fuego tras valorar un informe preliminar de la Policía Científica.
Días después, los abogados de los familiares de las diez personas fallecidas y la Fiscalía recurrieron el archivo de las actuaciones, y otras partes personadas en la causa se adhirieron al recurso, como la Asociación de Residentes Damnificados por el Incendio de Campanar (Ardic) y la comunidad de propietarios del número 2 de la calle Rafael Alberti.
Tras estudiar los recursos, la Audiencia Provincial de Valencia consideró que el juez debía continuar la tramitación de diligencias, porque no había agotado todas las vías de investigación respecto a los dos edificios siniestrados: si contaba con las oportunas licencias y si los materiales empleados para su construcción o un deficiente mantenimiento del complejo contribuyeron a la propagación del fuego (cumpliendo o no la normativa exigida en ese momento), entre otros datos de interés.
Por tanto, la Audiencia de Valencia entendía que no resultaba asumible que se cerrara la instrucción «sin practicar todas las diligencias que fueran necesarias para determinar y aclarar todas las circunstancias que rodearon el siniestro».
El incendio tuvo lugar el 22 de febrero en un complejo de dos edificios en la confluencia de las calles Poeta Rafael Alberti y las avenidas Maestro Rodrigo y General Avilés, en el distrito de Campanar en Valencia. El fuego se inició sobre las 17:30 horas en la cocina de la vivienda número 86 y se extendió en poco tiempo al comedor y la fachada tras reventar los cristales de las ventanas del balcón.
El fuego destruyó en pocas horas dos bloques de 10 y 14 plantas con 138 viviendas en las que vivían 450 personas. Las rachas de viento alcanzaron los 60 kilómetros por hora entre las cinco de la tarde y las nueve de la noche del 22 de febrero.
Una posible fuga del gas refrigerante de una nevera causó el fuego, según un informe de la Policía Científica. El devastador incendio de la torre Grenfell de Londres, que causó 79 muertos el 4 de junio de 2017, también comenzó en un frigorífico. La investigación policial determinó que una nevera defectuosa fue el origen de las primeras llamas, y en aquel terrible siniestro el fuego también se extendió a las plantas superiores.
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