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El joven entra en una oficina tras romper la ventana de cristal. LP
Muere de un paro cardíaco en Valencia tras consumir drogas y caer desde un tercer piso

Muere de un paro cardíaco en Valencia tras consumir drogas y caer desde un tercer piso

El joven de 31 años sobrevivió a la caída, se enfrentó a cuatro policías que trataban de auxiliarlo y mordió a uno de ellos

Javier Martínez

Valencia

Sábado, 14 de octubre 2023, 00:37

Un joven de 31 años de edad murió de un paro cardíaco tras enfrentarse a cuatro policías que trataban de auxiliarlo después de que se arrojara o cayera desde un tercer piso en un edificio de la avenida de Aragón en Valencia. El hombre sobrevivió a la caída y quedó atrapado en un patio interior del entresuelo de la finca, pero rompió una ventana de cristal y se coló en un despacho de abogados.

Los hechos ocurrieron sobre las 14 horas del jueves después de que el joven consumiera varios gramos de cocaína y metanfetamina, según las primeras investigaciones policiales y las declaraciones de dos testigos. Tras recibir el aviso de que un individuo armado con un cuchillo estaba gritando en un edificio, varias patrullas de la Policía Nacional y Policía Local acudieron con urgencia al lugar.

Los primeros agentes que llegaron al edificio se entrevistaron con el portero y dos vecinos que se encontraban en su casa con la víctima en el momento que se precipitó desde la tercera planta. Según los testigos, el hombre estaba muy exaltado por el consumo abusivo de cocaína y metanfetamina, estuvo de fiesta durante varios días, durmió pocas horas, tomó alcohol y esnifó droga en un conocido complejo de ocio.

Tras localizar la oficina donde se había colado el joven, dos policías entraron para auxiliarlo después de conseguir una llave de la puerta. Tenía el cuerpo ensangrentado por los cortes de los cristales que acababa de fracturar, llamaba a su madre a gritos e insultaba a una mujer.

Pidieron refuerzos

El estado de agresividad del hombre preocupaba a los agentes, que pidieron refuerzos para reducirlo, y avisaron también a un policía para que llevara la pistola eléctrica Taser, un arma que permitiría inmovilizar al joven con la fuerza mínima necesaria.

«Era muy alto y corpulento. El vecino que llamó a la Policía decía que llevaba un cuchillo en la mano, pero creo que empuñaba un cristal. Nos asustamos mucho porque no sabíamos sus intenciones», afirmó una mujer que reside en el edificio.

Tras unos minutos de tensión y nerviosismo, cuatro agentes lograron reducir al hombre y lo engrilletaron para que no se autolesionara ni atacara a los sanitarios cuando le prestaran asistencia médica, pero poco después se dieron cuenta de que respiraba con dificultad.

El joven había sufrido una parada cardiorrespiratoria y su vida pendía de un hilo, por lo que los policías le quitaron las esposas e iniciaron con rapidez las maniobras de reanimación cardiopulmonar, que luego continuó el equipo médico de SAMU. Sus esfuerzos fueron en vano, ya que no pudieron recuperar las constantes vitales del hombre.

Cuando llegó el policía nacional con formación para utilizar la pistola eléctrica, el joven ya había sido reducido, por lo que el arma no fue utilizada. Tampoco usaron el escudo antidisturbios que portaba uno de los policías locales que acudieron también al edificio, según los vecinos. Tras la petición de refuerzos, una decena de agentes se desplazaron con urgencia al lugar (el número 8 de la avenida de Aragón) para apoyar a sus compañeros. «Antes de entrar en la casa gritaron varias veces '¡Policía, Policía!'. El joven estaba muy agresivo y decía que los iba a matar», manifestó una vecina, que avisó al portero del edificio para que llamara al 091.

Supervisión judicial

La jueza que estaba de guardia acudió al edificio cuando le avisaron del suceso, supervisó las primeras investigaciones de la Policía Nacional e inspeccionó el despacho donde ocurrieron los hechos. El hombre mordió en una pierna a uno de los agentes que le inmovilizaron, según informaron fuentes médicas.

El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia para practicarle la autopsia. Los sanitarios que intentaron reanimar a la víctima sospechan que el joven sufrió un paro cardíaco debido a su estado de irritabilidad por el consumo abusivo de drogas, aunque esta hipótesis deberán confirmarla los forenses.

Paranoias y agresividad

Según los expertos de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, el consumo abusivo de metanfetamina puede desencadenar efectos psiquiátricos agudos como paranoias con alucinaciones auditivas, ataques de pánico en los que se pierde el sentido de la realidad, conductas agresivas, ansiedad e insomnio.

Esta droga sintética aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca y respiratoria, por lo que puede causar serios problemas cardiovasculares, y cuando se mezcla con cocaína y alcohol, los efectos son aún más peligrosos, ya que el riesgo de sufrir una parada cardiorrespiratoria es mayor.

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