El juez abre juicio a Salva y Maje y les impone una fianza de medio millón

valencia. Dos años después de la detención de Salvador R. L. y María Jesús M. C., más conocida como Maje, por el asesinato del marido de la joven, el juez instructor del caso decretó ayer la apertura del juicio oral, señaló como órgano competente el Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Valencia y fijó también una fianza de 500.000 euros, una cantidad de dinero que los acusados deberán pagar de forma conjunta y solidaria por su responsabilidad civil.

Con este auto dictado por Félix Blázquez, el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 14 de Valencia, comienza la cuenta atrás para la celebración del juicio por el asesinato del ingeniero Antonio Navarro Cerdán. Aunque todavía no hay fecha para la vista oral ante el tribunal del jurado, está previsto que se celebre en el último cuatrimestre de este año en la Ciudad de la Justicia de Valencia.

El juez advierte a los acusados que podría embargarles bienes en el caso de que no paguen la fianza, abriendo la correspondiente pieza de responsabilidad civil, y tendrían que acreditar su insolvencia en este supuesto.

El auto afirma textualmente que no concurren «circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal» de los acusados, y resume los hechos calificados como asesinato. «Salvador R. L. y María Jesús M. C., puestos de común acuerdo, planificaron y ejecutaron la muerte del marido de ella en el garaje comunitario de la finca donde vivía el matrimonio en la calle Calamocha de Valencia», señala el escrito.

El 16 de agosto de 2017, siguiendo el plan convenido entre ambos, Salva se dirigió desde su domicilio al garaje, al que llegó sobre las 7.30 horas de la mañana, llevando un cuchillo que había adquirido para tal fin y entrando con las llaves que le había proporcionado la acusada.

Tras esconderse entre dos vehículos, esperó la llegada de Antonio Navarro, le atacó de forma sorpresiva sin darle tiempo a defenderse y le clavó el cuchillo «en repetidas ocasiones en el hemitórax izquierdo, seccionándole el corazón y causándole otras lesiones por la forma reiterada y repetitiva de las puñaladas», precisa el documento judicial al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS.

Las cuchilladas fueron mortales de necesidad al afectar a órganos vitales y Antonio falleció de inmediato. Después del crimen, Salva tiró su ropa manchada de sangre a un contenedor y arrojó el cuchillo a un pozo en Ribarroja, donde fue recuperado por la Policía Nacional. El mismo día, el asesino se reunió con Maje en el domicilio de la hermana de la acusada, quien no se encontraba en el mismo, e informó a su amante del crimen y de cómo lo había cometido, según el auto.