Luis Senís: «Compré droga para consumirla y hubiera muerto si no me la pillan»

El conocido cirujano maxilofacial Luis Senís se sentó ayer en el banquillo de los acusados por llevar encima medio kilo de cocaína, droga con la que fue sorprendido en septiembre de 2019. La Fiscalía de Valencia le imputa un delito contra la salud pública. Pide que cumpla cuatro años de prisión y pague una multa de 30.000 euros. Otro hombre al que se le acusa de venderle la droga, Carlos S. V., se enfrenta a cinco años de cárcel.

Senís fue detenido en la calle Reus de Valencia, durante un seguimiento a Carlos por parte de la Policía Nacional. Cuando se le arrestó llevaba encima, en su mochila, 493 gramos de cocaína con una pureza del 71%. Al supuesto vendedor le confiscaron 300 gramos. El cirujano reconoció que la droga hallada en su mochila era de su propiedad, pero dijo que no la tenía para traficar, sino para autoconsumo. Inicialmente ingresó en prisión, pero quedó libre tras pagar de una fianza fijada en 50.000 euros.

Carlos, que se definió como toxicómano, negó en el juicio haber vendido la droga a Senís, «No fui yo. Fue otra persona, pero no sé su nombre», dijo. «Ellos acordaron el precio», indicó a preguntas de la fiscal.

Senís sólo respondió a las cuestiones de su abogado: «Compré la cocaína para consumo propio, yo no quería venderla. No sé en cuánto tiempo iba a consumirla. Y si no me hubieran pillado la droga ahora estaría muerto con toda seguridad», resumió muy escuetamente el procesado.

Un policía que llevó la investigación manifestó en la vista que, en el momento del arresto, Senís tenía un perfil propio de un consumidor de droga. «No valoramos registrar la casa del cirujano porque nuestro mayor interés en la intervención estaba en la otra persona», expuso el agente citado como testigo.

Un médico que atendió a Senís en noviembre de 2019 constató que el cirujano padecía problemas psiquiátricos compatibles con su adicción a la cocaína. Pero «se ha ido recuperando con ayuda médica, de su familia, y con menos estrés laboral». Según su versión, «dijo que llegó a consumir hasta 15 gramos diarios».

En 2029 Senís también fue protagonista de un conocido escándalo pero como víctima. Sus vídeos íntimos sexuales junto a una compañera fueron distribuidos masivamente en redes sociales y webs pornográficas.

El profesional no tardó en denunciarlo: alguien le había robado los teléfonos móviles. La Fiscalía acabó acusando a dos mujeres, E. G. G. y E. M. M., dos exparejas del cirujano, por sustraer los teléfonos y difundir los vídeos para perjudicar a la mujer que protagonizaba las imágenes. La Fiscalía pide penas de hasta cinco años de cárcel por un delito de revelación de secretos y otro contra la integridad moral.

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