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La parricida, el día que fue puesta a disposición judicial. Irene Marsilla

El jurado declara culpable a la acusada de asesinar a su madre en l'Alcúdia de Crespins

La fiscal y la acusación particular rebajan su petición de condena a 23 años y medio de cárcel tras alcanzar un acuerdo de conformidad con la defensa

J. F.

Valencia

Miércoles, 5 de junio 2024, 18:37

El jurado popular ha declarado este miércoles culpable de asesinato a la joven juzgada esta semana por matar a su madre en abril de 2020 en una vivienda de la localidad valenciana de l'Alcúdia de Crespins. Mariya Tereza H. A., que tenía 18 años cuando sucedieron los hechos, reconoció en el juicio que urdió un plan, junto a su novio, para acabar con la vida de su progenitora.

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El crimen tuvo lugar durante la pandemia en unos momentos de restricciones sanitarias como consecuencia del Covid-19, y las dos personas juzgadas por este asesinato, Mariya Tereza y su novio, convivieron con el cadáver de la víctima, Anna Todorova, durante algo más de cuatro meses.

El jurado también considera probado que la joven «causó padecimientos sumamente dolorosos que resultaban innecesarios» para matar a la víctima, por lo que aprecia la agravante de ensañamiento, y también la de alevosía por el plan que urdió con su novio para ejecutar la agresión sin que Anna Todorova pudiera ofrecer oposición para evitarla.

La acusada explicó que fue su novio quien comenzó la brutal agresión, aunque reconoció que luego ella cogió un cuchillo y lo clavó en el cuello de su madre. «Entré en shock. No sabía lo que hacer. Él me decía 'hazlo, hazlo, hazlo' y, al final, lo hice», relató en el juicio.

La joven se enfrentaba a una pena de 30 años de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia en casa habitada con la circunstancia agravante de parentesco, según reclama la fiscal y la acusación particular, que representa a otro hijo de la víctima.

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Tras un acuerdo de conformidad alcanzado entre las acusaciones y la defensa (ejercida por las abogadas Isabel Carricondo y Laura Muñoz), la joven verá reducida su condena de prisión casi siete años. El último día del juicio, la representante del Ministerio Público y el letrado que ejerce la acusación particular rebajaron su petición de pena a 23 años y medio de cárcel.

Por este asesinato también fue detenido y juzgado el novio de la joven, de 17 años en el momento del crimen, que fue condenado por un Juzgado de Menores a la pena de siete años internamiento. Los hechos sucedieron al 1 de abril de 2020 en una vivienda de l'Alcúdia de Crespins en la que residían la víctima y la acusada, de nacionalidad búlgara. En un momento determinado, la joven y su pareja sentimental urdieron un plan para acabar con la vida de la madre, que tenía 46 años.

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Deudas por drogadicción

La joven, que había tenido varios desencuentros con su madre, acordó con su novio cometer el crimen para poder estar juntos y hacer frente a las deudas del chico por drogadicción. Las discusiones eran frecuentes porque la madre no aceptaba a la pareja de su hija.

El 1 de abril de 2020, el menor acudió a la vivienda de su novia con un cuchillo y tres barras de pan. Estas últimas las llevaba para justificar, si le paraba la Policía, que había salido a la calle a comprarlas, algo que sí estaba permitido en ese momento de pandemia con numerosas restricciones. Una vez llegó al portal del edificio, el novio avisó a la joven para que abriera la puerta y subió. En el interior de la vivienda, cogió una botella de amoniaco y roció a la víctima, que estaba tumbada en el sofá.

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Seguidamente, le golpeó en la cabeza y le asestó dos puñaladas. La mujer pudo levantarse y se dirigió malherida hacia el pasillo, donde cayó al suelo. En ese instante, el novio volvió a coger otro cuchillo de la cocina y le volvió a golpear en la cabeza. La hija, posteriormente, le asestó también varias cuchilladas y acabó con su vida.

La mujer falleció como consecuencia de un shock con perforación del corazón. Los jóvenes dejaron allí su cadáver, le robaron dos tarjetas de crédito y se fueron al cajero para sacar dinero. En total le robaron 6.200 euros entre el 1 de abril y el 4 de junio.

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Los acusados convivieron con el cadáver de la víctima en la vivienda durante algo más de cuatro meses, hasta el 20 de agosto de 2020, cuando la Guardia Civil entró en la casa para registrarla tras la denuncia interpuesta por varias personas del entorno de los jóvenes. En ese momento, la joven tenía intactas sus capacidades volitivas, es decir, que no presentaba anomalías mentales.

La joven y su novio fueron detenidos por la Guardia Civil después de que un menor acudiera al cuartel de Canals para revelar lo que le había contado una amiga sobre el asesinato. Esta chica también había ayudado a Mariya a limpiar la escena del crimen, pero no la delató porque la parricida le amenazó de muerte. «Si dices algo acabarás junto a mi madre», amenazó la joven, presuntamente, para que su amiga no denunciara los sangrientos hechos. El coautor del crimen alcanzó la mayoría de edad pocas semanas después de cometer el asesinato, lo que evitó una larga condena de prisión.

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