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S. V.
Valencia
Lunes, 10 de marzo 2025, 21:40
El jurado popular ha declarado culpable por unanimidad a la mujer acusada de matar a martillazos a un amigo de 64 años, el 22 de diciembre de 2021, por causas que no han podido esclarecerse en el juicio celebrado en la Ciudad de la Justicia de Valencia.
El tribunal ha rechazado la tesis que planteó la defensa de una legítima defensa ante una agresión sexual y un ataque con un cuchillo, y ha desestimado también la atenuante de arrebato, ya que considera que Begoña C. G. era consciente de sus actos cuando cometió el horrendo crimen.
La acusación particular pide 20 años de prisión para la inculpada por un delito de asesinato sobre una víctima vulnerable, mientras que el fiscal solicita 19 años de cárcel por un homicidio con abuso de superioridad.
Los hechos sucedieron el 22 de diciembre de 2021 en la vivienda de la localidad valenciana de Bétera donde residía la procesada. Según las acusaciones, la mujer atacó de manera repentina y por sorpresa a la víctima, sin posibilidad de que pudiera defenderse, y le golpeó 50 veces con un martillo de carpintero (de cabeza metálica y mango de madera) hasta causarle la muerte.
La acusación particular considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con los agravantes de ensañamiento y alevosía. Según la abogada que representa a los hermanos de la víctima, la agresión se produjo cuando el hombre estaba en el suelo o sentado y por este motivo sufrió la mayor parte de los golpes en la parte superior de la cabeza.
La víctima, de 64 años de edad y con problemas de movilidad, tenía una relación de amistad con la encausada y ambos mantenían un trato cordial y frecuente, por lo que el hombre acudió el 22 de diciembre de 2021 sobre las 9:50 horas de la mañana al domicilio en Bétera de la mujer procesada.
El abogado Santiago Arteche, que defiende a la inculpada, manifestó en el juicio que la mujer actuó en defensa legítima tras sufrir un intento de violación, y que el hombre agredió primero a Begoña al clavarle un cuchillo en una mano y golpearla con una muleta. Sin embargo, el jurado popular ha rechazado esta hipótesis.
En la última sesión del juicio, el abogado de la inculpada le preguntó si era inocente y ella contestó con un escueto «sí», pero no dio explicaciones sobre los sangrientos hechos.
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