El ladrón de los cien robos en comercios de Valencia

Las investigaciones comenzaron después de que los agentes recibieran numerosas denuncias por parte de comerciantes del centro de Valencia. Entonces, averiguaron que detrás de todos estos robos podría estar una única persona. El individuo sustraía de los establecimientos todo tipo de productos. También vaciaba las cajas registradoras, empleando a veces el uso de la violencia para conseguir su cometido. Amenazaba a sus víctimas exhibiendo un arma blanca.

Los investigadores lograron identificar plenamente al ladrón en uno de los robos que cometió. En este caso, forzó el escaparate y sustrajo 1.180 euros de la caja registradora. Los agentes actuaron de inmediato, establecieron un dispositivo de localización y detuvieron al presunto autor de los delitos a mediados del pasado mes.

No es un caso aislado el del ladrón que acumula más de un centenar de detenciones. Por desgracia, los establecimientos de la Ciutat Vella viven con la constante presión de no saber cuándo se producirá el próximo golpe. Una situación que llevan arrastrando durante años y que ha hecho que sus relaciones sean cada vez más fuertes. Ya por necesidad de tener que unir sus fuerzas para tratar de combatir la oleada de delitos que, día sí y día también, hacen tambalear los negocios que han estado erigiendo con tanto esfuerzo.

Los comercios del centro de Valencia se confiesan asediados por los robos y también por las bandas de carteristas que aguardan los descuidos de los turistas para robarles sus pertenencias. Como comentan desde la Asociación de Comerciantes del Centro de Valencia, el 'modus operandi' de estos delincuentes es infiltrarse entre los grupos de turistas haciéndose pasar por uno de ellos. Lo tienen todo preparado para pasar desapercibidos. Cargan con cámaras de fotos, planos de la ciudad ... En definitiva, todo tipo de disfraces que eviten levantar sospechas. Una vez que logran infiltrarse entre los turistas es cuando comienzan a operar. Aprovechan cualquier despiste para abrirles el bolso o la mochila y robarles las pertenencias. Se ceban con los turistas porque saben que suelen llevar dinero en efectivo encima. Una forma de robar de manera rápida y discreta.

Tal y como destacó este periódico, los comerciantes de Ciutat Vella están en una lucha eterna para poder acabar de una vez por todas con la delincuencia. Los propietarios de los establecimientos unen sus fuerzas para tratar de frenar los robos que tanto les afectan económicamente. Una situación devastadora. Tienen su propio grupo de mensajería llamado «red de alerta» para poder avisarse cuando uno de ellos detecta actividades delictivas. Además, destacan que suelen ser los mismos individuos los que protagonizan los robos.