El ladrón de la joyería de Valencia robó una veintena de relojes valorados en medio millón de euros

Días antes del golpe, el ladrón entró dos veces en la tienda de Durán Joyeros para observar los sistemas de alarma mientras fingía ser un turista alemán que quería comprar un valioso reloj. El individuo de complexión fuerte y mediana estatura habló en inglés con la dependienta, y le pidió que le mostrara varios modelos de Cartier con precios comprendidos entre los 20.000 y 30.000 euros, aunque no llegó a comprar ninguno.

Tras permanecer varios minutos en la joyería, el hombre se fijó en los sistemas de alarma, las cámaras de videovigilancia y la ubicación de la caja fuerte donde las empleadas de la tienda guardan los artículos más valiosos.

Y días después regresó al establecimiento y cometió el robo tras comprobar que solo había una dependienta dentro de la joyería. Aunque el delincuente planificó el golpe para lograr un valioso botín, no le importó que las cámaras grabaran su rostro en diferentes lugares de la tienda, y además no utilizó guantes. Estos dos errores no suelen cometerlos los ladrones de guante blanco, que cometen el robo sin dejar apenas pistas en la escena del delito.

Como ya informó LAS PROVINCIAS, el robo en la joyería tuvo lugar el pasado miércoles en el número 4 la calle Marqués de Dos Aguas, en el centro de la ciudad de Valencia. Tras empujar a la dependienta y llevarla a la fuerza al lugar donde se encuentra la cámara de seguridad, el individuo amordazó y ató a la joven con cinta de embalaje, robó una veintena de relojes de lujo y salió del establecimiento, con el botín dentro de una mochila, como si fuera un cliente más sin ninguna prisa para no levantar sospechas.

Tras visionar las grabaciones de las cámaras de seguridad del establecimiento,