Directo Sigue el minuto a minuto del superdomingo fallero
Varios policías nacionales trasladan a la presunta asesina al juzgado. JESÚS SIGNES

«Mi madre me obligó a ayudarle a matar a Isaac»

El menor detenido por el asesinato de su padrastro, un expolicía discapacitado, obtendrá la libertad provisional este mes | La presunta asesina pidió a su hijo un cordón de su zapatilla para estrangular a la víctima delante del adolescente

Javier Martínez

Valencia

Lunes, 1 de marzo 2021

El menor acusado de participar en el asesinato de su padrastro, el expolicía local de Catarroja Isaac Guillén Torrijos, obtendrá la libertad provisional en los próximos días tras cumplir los nueve meses de internamiento, el plazo máximo que permite la ley. El joven confesó que había ayudado a su madre a cometer el crimen, pero se exculpó con frases como «yo no quería que sufriera» o «pedí a mi madre que lo dejara» cuando Beatriz F. C. estranguló, presuntamente, con el cordón de una zapatilla a su marido.

Publicidad

El relato es estremecedor. La víctima era especialmente vulnerable por su discapacidad. La enfermedad que padecía (ataxia cerebelosa) le impidió defenderse y pedir auxilio –apenas podía moverse y balbuceaba– cuando empezaron a gasearlo dentro del coche y cerraron las puertas.

Según la declaración del adolescente, Isaac ya estaba muerto cuando su mujer y su hijastro enterraron el cuerpo en la parcela de Godelleta. Antes de tirar el cadáver a un agujero y taparlo con tierra y piedras, el menor comprobó que la víctima no respiraba ni latía su corazón. La autopsia preliminar también determinó el estrangulamiento como causa de la muerte, y el informe definitivo de los forenses ratificó que el expolicía ya había fallecido cuando lo enterraron, según informaron fuentes jurídicas.

Beatriz comenzó a planear el crimen meses antes, según su hijo, y compró la parcela de Godelleta para deshacerse del cadáver. «Me iba contando poco a poco el plan y me obligó a ayudarle a matar a Isaac», declaró el menor. El 1 de diciembre de 2019, Beatriz convenció a su marido para que tragara unas pastillas que le aliviarían el dolor. Como la víctima no se fiaba, su mujer ingirió una cápsula, que previamente había vaciado, para que no sospechara.

Mientras esperaba que hicieran efecto los medicamentos, Beatriz le dijo a su hijo que se quedara dentro del coche con Isaac y ella entró en un centro comercial para hacer unas compras. Luego regresó al vehículo y se fueron los tres juntos al terreno de Godelleta, pero antes dejaron sus teléfonos y el de la víctima en las casas de una amiga y una prima de la presunta asesina. «Mi madre me dijo que así no podrían rastrear los sitios donde habíamos estado», manifestó el joven.

Publicidad

Una vez dentro de la parcela vallada, conectaron una manguera a una bombona de gas butano, abrieron la espita, pusieron la salida del tubo junto a la cabeza de Isaac, que estaba inconsciente en el asiento del copiloto, y cerraron las ventanillas y la puertas del coche.

Beatriz y su hijo se fueron a pasear y regresaron media hora después. «Mi madre se acercó al coche y vio que aún se movía, y nos fuimos otra vez, paseamos otra media hora y volvimos«, explicó el menor. Como Isaac seguía con vida, la mujer le pidió a su hijo que le diera el cordón de una de sus zapatillas para estrangularlo, y en ese momento, el menor se apartó porque no quería ver la escena.

Publicidad

«Escuché que jadeaba y se resistía, y le dije que lo dejara porque esa no era la manera. Yo no quería que sufriera. Mi madre contestó que ya no podía echarse atrás, que tenía marcas en el cuello y nos podría denunciar», relató el adolescente.

Tras el asesinato, Beatriz y su hijo hicieron creer a sus familiares y amigos que Isaac se había marchado de forma voluntaria para suicidarse con la ayuda de alguien, porque estaba deprimido por la grave enfermedad que padecía. Días después, el menor y su madre regresaron a la parcela y echaron sosa cáustica al cadáver, según informó El Confidencial. Además, Beatriz envió mensajes con el móvil de su marido para simular una desaparición voluntaria y un suicidio asistido.

Publicidad

Siete meses después, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia descubrió el horrendo crimen, detuvo a los presuntos asesinos y encontró el cadáver de la víctima tras una ardua investigación.

El cuerpo estaba en estado de descomposición, aunque los forenses pudieron determinar la causa de la muerte. Días después, la Unidad de Antropología y Odontología Forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia identificó el cadáver. Los investigadores también hallaron en la parcela la silla de ruedas que utilizaba la víctima para desplazarse.

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€

Publicidad